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28 agosto, 2013

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Encuentro cercano con Plutón

En 685 días, 6 horas y 10 minutos (al momento que escribí este post), la sonda espacial New Horizons de la NASA pasará a tan solo 12.500 Km de la superficie de Plutón, el recordado noveno planeta del Sistema Solar hasta el 2006, año en el que fue degradado a la categoría de planeta enano, según la nueva clasificación de la Unión Astronómica Internacional (UAI).

El 14 de julio del 2015, New Horizons y Plutón tendrán un encuentro fugaz. Tan sólo durará unas horas debido a la velocidad de la sonda: 49.000 Km/h. Sin embargo, el tiempo será suficiente para revelar algunos de los secretos que esconde este misterioso cuerpo rocoso y continuar su viaje hacia el Cinturón de Kuiper.

New Horizons

No se sabe a ciencia cierta cómo es Plutón físicamente. El telescopio espacial Hubble no es ha podido revelar ningún secreto de su superficie debido a su pequeño tamaño. Sólo se sabe que tiene un satélite orbitando a su alrededor casi de su mismo tamaño llamado Caronte, y otros cuatro más orbitando a estos dos.

Se estima que la temperatura del planeta esté 40 grados por encima del cero absoluto (-233°C). Su presión atmosférica es 100 mil veces más débil que de la Tierra, lo que provoca que su superficie rocosa cubierta de nitrógeno congelado, trazas de metano y monóxido de carbono, se sublime (pase directamente de estado sólido al gaseoso).

Las cámaras del New Horizons, equipadas además con espectrómetros especiales para analizar la composición química de la atmósfera, permitirán revelar cuál es el origen del enrojecimiento del planeta, un fenómeno que ha sido observado desde hace más de 10 años.

Otras de las preguntas que la sonda New Horizons podrá revelar si existe algún tipo de actividad geológica en Plutón. Para algunos astrónomos, Plutón se asemeja más a Tritón, una de las lunas de Neptuno; mientras que para otros, se asemeja más a Calisto, una de las lunas de Júpiter.

La diferencia entre ellos es que Tritón tiene una órbita retrógrada, o sea, orbita en dirección contraria a la rotación del planeta. Esto hace suponer que originalmente Tritón formó parte del Cinturón de Kuiper —al igual que Plutón— y luego fue capturado por la gravedad de Neptuno. Además se cree que Tritón tuvo una fuente de calor interno debido al decaimiento de elementos radiactivos en su núcleo. Este calor provocó erupciones de lava congelada a lo largo de millones de años que terminaron por alisar la superficie del satélite. Incluso hay investigadores que creen que aún hay calor suficiente para mantener un océano líquido en su interior que podría albergar algún tipo de forma de vida. Por su parte, Calisto, no cuenta con calor interno que genere algún tipo de actividad geológica y su superficie está llena de cráteres.

Calisto vs Triton

Sólo queda esperar un par de años para obtener respuestas a todas estas interrogantes sobre Plutón.

Vía | Science.

08 diciembre, 2012

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La Tierra como arte

En 1960, se puso en órbita el primer satélite de observación de la Tierra. Durante décadas, éste satélite nos ha provisto de valiosa información climatológica desde una nueva perspectiva. Poco a poco el número de satélites fue en aumento, cada uno portando nuevos instrumentos que permitieron, entre otras cosas, tomar fantásticas imágenes de las formas, colores y texturas de los ríos, lagos, montañas y océanos que hay en nuestro paneta, incluso en rangos de luz que nuestros ojos no podrían percibirlos directamente.

La NASA ha elegido las mejores de estas imágenes y las ha publicado en un libro de 158 páginas llamado “Earth as art”. Una de las imágenes corresponde a las Líneas de Nazca:

nazca_lines

Puedes descargar el libro en el siguiente link: “Earth as art

Y si tienes un iPad, hay una versión que permite hacer zoom a todas la imágenes del libro y acceder a la información adicional de cada una de ellas. Puedes descargar la aplicación en el siguiente link: iPad App.

eart_as_artEspectacular imagen del atolón Tikehau (Polinesia francesa)

Vía | NASA.

02 diciembre, 2012

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Topografía de la Luna

A 402 mil kilómetros de la Tierra (distancia calculada al momento de escribir este post) y orbitando a más de 1000 km/h se encuentra la Luna, nuestro único satélite y el quinto más grande del sistema solar con 3476 Km de diámetro.

A simple vista, en una noche despejada de luna llena, podremos apreciar ciertos cráteres y grandes manchas oscuras en su superficie. Si tenemos la oportunidad de verla a través de un telescopio no muy sofisticado, una mayor cantidad de diminutos cráteres aparecerán ante nuestros ojos. También veremos algunas montañas y mesetas distribuidas de manera poco uniforme a lo largo de su superficie. Sin embargo, lo que no podremos saber es que tan profundo son los cráteres o que tan elevadas son las montañas, hasta ahora…

 moonelevation[Click para ampliar la imagen]

Este mapa topográfico de gran resolución fue desarrollado por la Universidad del Estado de Arizona (EEUU) en base a los datos adquiridos por una de las cámaras de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA. El mapa muestra con una escala cercana a los 100 metros por cada pixel el relieve de la Luna.

Podemos apreciar claramente que en la zona ecuatorial hay regiones que superan los 10.000 metros de altura, mientras que hacia el sur hay una gran depresión donde los cráteres pueden alcanzan los 9000 metros de profundidad, con respecto a la elevación promedio del satélite.

Y ya que estamos hablando de la Luna, alguna vez se han preguntado ¿por qué siempre vemos sólo una de sus caras?. La respuesta es que el tiempo que le toma a la Luna dar una vuelta alrededor de su eje es el mismo tiempo que emplea en completar una vuelta alrededor de la Tierra. Entonces, para nuestro marco de referencia, la Luna no gira.

Ahora, ¿cómo luce la otra cara de la Luna si pudiéramos verla desde la Tierra?. Pues así:

dos_carasArriba: La cara que siempre vemos. Abajo: La cara que nunca veremos desde la Tierra.

La diferencia salta a la vista: la cara oculta de la Luna no presenta esas típicas manchas negras (mares de lava primitivos solidificados hace miles de millones de años) a las cuales estamos acostumbrados pero si es mucho más accidentado debido a una mayor cantidad de impactos de meteoritos.

Vía | NASA.

24 mayo, 2012

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Somos un desierto

Es muy probable que todos hayan visto la popular imagen publicada hace unos días por la United States Geological Survey (USGS), donde se ve toda el agua de la Tierra agrupada en una esfera de 1385Km. Unos días más tarde salió una segunda imagen, un poco más abrumadora que la primera, porque en ella se incluye una esfera mucho más pequeña —de 273Km— que representa sólo el agua dulce (lagos, ríos, manantiales, aguas subterráneas, etc.) del planeta.


Siguiendo ese mismo estilo, esta vez le toco el turno a Europa, una de las lunas de Júpiter que se caracterizada por tener un vasto océano de agua congelada sobre su superficie. Usando los datos obtenidos por la sonda Galileo de la NASA entre los años 1995 y 2003, Kevin Hand del Jet Propulsion Laboratory de la NASA desarroló esta imagen:


Europa posee un océano congelado cubriendo toda su superficie. Se cree que bajo kilómetros de hielo exista un océano de agua líquida dada la presión y temperatura que ahí podría haber. Todo podría tener una profundidad promedio de entre 80 y 170Km. Usando un valor de 100Km para los cálculos, se obtuvo una esfera de 877Km de diámetro, que equivale a las 2/3 partes de toda el agua que hay en la Tierra, que en comparación con el tamaño de Europa, esta ocupa una gran proporción de su superficie.

La pregunta que se hacen muchos astrobiólogos es si bajo la capa de hielo de esta luna exista alguna forma de vida extraterrestre.

25 marzo, 2012

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La Tierra y la Luna: gemelos de Titanio

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Un análisis exhaustivo de la proporción de isótopos de titanio presentes en 24 muestras de rocas lunares sugiere que la Luna y el manto de la Tierra son más similares de lo que los modelos existentes lo permiten. Este descubrimiento es inconsistente con la teoría del Gran Impacto… (Sigue leyendo esta historia en Ciencias.pe)

06 febrero, 2012

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Científicos rusos excavan 3,800 metros de hielo y alcanzan el lago Vostok

Después de 22 años de arduo trabajo, científicos alcanzaron la superficie de un lago sub-glacial antártico sellado por más de 14 millones de años.

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En 1990, un grupo de investigadores rusos empezaron a excavar una capa de hielo de cuatro kilómetros de profundidad con el fin de alcanzar un lago sub-glacial prehistórico llamado Vostok, ubicado cerca al Polo Sur. Según el anuncio publicado hoy en el portal RIA Novosti, los científicos tuvieron que perforar 3,768m de hielo para llegar a la superficie del lago que ha permanecido aislado por alrededor de 14 millones de años.

El lago Vostok es la red de lagos sub-glaciales más grande del mundo. Está compuesto por al menos 200 pequeñas lagunas que se formaron cuando la Antártida era un continente mucho más cálido de lo que es en la actualidad, ya que aún permanecía unida a Australia.

Las estimaciones sugieren que los niveles de oxígeno son 50 veces superiores al encontrado en un típico lago de nuestros días. Todas estas características lo convierten en un ambiente único para encontrar extrañas formas de vida —especialmente extremófilos— que pueden haber evolucionado de manera diferente a las especies que hoy conocemos.

La expectativa generada en los astrobiólogos también es importante ya que las condiciones del Lago Vostok serían bastante similares a las encontradas en los polos marcianos o en ciertas lunas de Júpiter (Europa) y Saturno (Encélado), donde la sonda espacial Cassini de la NASA encontró sólidas evidencias de la presencia de un océano de agua salada bajo su superficie helada.

Si se logra encontrar vida en lugares tan inhóspitos como en el lago Vostok —un lugar profundo, oscuro, frío y sometido a una gran presión— abriría las posibilidades para encontrarla en otros lugares dentro y fuera de nuestro sistema solar que cumplan con las mismas condiciones.

Recordemos que el año pasado el trabajo fue cancelado a escasos 29 metros de alcanzar el objetivo debido a las duras condiciones del Polo Sur. Los científicos trabajan contra reloj ya que el verano antártico dura muy pocas semanas y está muy próximo a terminar. Si no logran culminar con el trabajo a tiempo, deberán esperar hasta el próximo año para hacerlo.

La tarea es sumamente complicada porque se debe evitar a toda costa contaminar un ambiente único en el mundo. Para esto, los investigadores están desarrollando pequeños robots nadadores que tomará muestras del agua y los sedimentos del lago Vostok. Esta etapa se desarrollará el próximo año después de que las evaluaciones de impacto ambiental sean aprobadas en una reunión de los miembros consultivos del Tratado del Antártico en Mayo del presente año.

Vía | Rianovosti & WiredSience

31 enero, 2012

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El presupuesto energético de la Tierra

Navegando por NewScientist, encontré esta bonita infografía [Dale click para ampliar]:

earth_energy_budget

La humanidad usa 16 Teravatios (TW) de energía un momento dado, que no es nada comparado con los 120,000TW de energía solar absorbida por la Tierra en ese mismo instante. Sin embargo, lo que importa es el balance entre la cantidad de calor que entra y la cantidad que sale.

Si la cantidad de calor que sale por la superficie de la atmósfera es igual a la que entra, entonces la temperatura del planeta será prácticamente la misma, estaremos en equilibrio. Si la Tierra libera menos cantidad de calor —o genera más calor interno (producción de energía de la humanidad más otras fuentes geotérmicas)— entonces se calentará.

Durante miles de años, la Tierra ha estado en equilibrio energético por lo que el clima ha cambiado muy poco. No obstante, durante los últimos años, se ha calculado que el planeta pierde 380TW menos energía de lo esperado debido a que los gases de efecto invernadero retienen ese calor en la atmósfera. Esto ha conducido a un aumento en la temperatura de equilibrio de la Tierra.

Toda la energía que usamos termina como calor residual. Esto quiere decir que a medida que la humanidad requiere más energía para sus actividades diarias, la cantidad de calor generado en el planeta será mayor. Si bien los 16TW actuales son algo relativamente insignificante, la demanda energética aumenta cada año, y si esta alcanza los 5,000TW (aprox. en el año 2300), se calcula que el planeta se calentará en 3°C.

Entonces, la única fuente de energía que no aumentará calor a la Tierra es el que proviene directamente del sol. En otras palabras, cualquier fuente de energía que no derive de los 120,000TW absorbidos de la energía solar, por más “verdes” y “limpios” que sean, terminarán por añadir más calor al planeta.

Vía | NewScientist.

17 septiembre, 2011

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¿Y si no existiera la luna?

Tanto el Observatorio Austral Europeo (ESO) y el Telescopio Espacial Kepler, han permitido, en los últimos meses, descubrir mundos fascinantes en otros sistemas solares muy alejados de nuestro planeta, especulando si serían capaces o no de albergar alguna forma de vida como la conocemos.

Son muchos los factores que influyen sobre las condiciones de un planeta y, por lo tanto, en las formas de vida si es que la hubiera. Por ejemplo, su distancia a su sol, donde un planeta puede ser tan caliente como Venus o tan frío como Marte si están unos millones de kilómetros más cerca o más lejos de él; la elipticidad de sus órbitas, que genera periodos cálidos y periodos fríos ya que la distancia a su sol no será la misma durante toda su órbita; hasta el mismo tamaño del planeta y su composición química es un factor muy importante a tomar en cuenta, planetas más grandes ejercerán una mayor fuerza gravitacional y tendrán atmósferas más densas.

nasa-tatooine-galaxiaIlustración de Kepler-16b, exoplaneta recientemente descubierto que circula en un sistema solar binario.

Sin embargo, aunque parezca difícil de creer, fue la luna la que tuvo una mayor influencia en la formación de nuestro planeta. Pónganse por un momento en el lugar de un extraterrestre que vive en un planeta idéntico al nuestro pero en otro sistema solar, a cientos de años luz de distancia de nuestro planeta, y que en este preciso momento se encuentre escudriñando el universo en busca de planetas similares al suyo para que las probabilidades de encontrar formas de vida similares a la suya sean mayores. Después de muchos años de observación, encuentran un planeta que parece estar ubicado a una distancia adecuada de su sol y, según sus análisis espectrométricos, el planeta parece tener agua y una atmósfera protectora. Sin embargo, lo que les parece extraño es que este planeta tiene un “pequeño planetoide” circulando alrededor de él. Les parece extraño porque en su planeta no hay una luna…

¿Cómo sería este planeta, idéntico al nuestro, pero sin luna? ¿Sería realmente idéntico?. Gracias a lo que sabemos en la actualidad sobre las propiedades de la Tierra y la Luna, podemos deducir cómo sería este planeta. Esta deducción lo hizo Neil Comins, astrofísico y escritor estadounidense que entre 1991 y 1993 escribió una serie de artículos para la revista Astronomy explicando los diferentes cambios que hubiera sufrido la Tierra si la Luna nunca hubiera existido.

Para entender esto, primero debemos tomar conciencia que la Luna ha acompañado a la Tierra durante los últimos 4,500 millones de años, casi desde el momento en que nuestro planeta empezó a formarse. Sin embargo, la Luna no siempre ha estado ubicada a la distancia que se encuentra actualmente —aproximadamente unos 384,000Km.

En el año 1897, el astrónomo Sir George Darwin, hijo del célebre biólogo Charles Darwin, dedujo que la Luna se alejaba de nuestro planeta siguiendo una trayectoria espiral debido al efecto de las mareas que ella misma generaba. Esta hipótesis no fue confirmada hasta después del año 1969, cuando el Apollo 11 transportó a los primeros humanos hacia la Luna. Durante esta misión, los astronautas instalaron un reflector en su superficie para que un rayo láser enviado desde la Tierra, lo apunte y mida el tiempo que tarda en reflejarse para así calcular su distancia cada vez que lo deseen.

laser-beam

Con esta ingeniosa técnica, los astrónomos calcularon que la Luna se aleja de la Tierra a una tasa de 3.82cm al año. Entonces, si hacemos un pequeño cálculo matemático y regresamos en el tiempo, la Luna se encontraba mucho más cerca de la Tierra en el pasado. Entonces, para que la Luna se aleje de nuestro planeta debe ganar energía, ¿de donde proviene?.

mareasLa Luna ejerce una fuerte fuerza gravitacional (fuerza de atracción) sobre nuestro planeta. Esta fuerza es tan fuerte que atrae el agua de los océanos generando las mareas. Sin embargo, debido a la velocidad de rotación del planeta, se genera una fuerza centrífuga que hace que las aguas del lado opuesto de la Tierra también se eleven (Fig. a). Por otro lado, la Tierra gira en la misma dirección a la que la Luna orbita, pero la Tierra lo hace mucho más rápido, esto provoca que las mareas y la Luna no estén alineadas todo el tiempo. Entonces, la fuerza gravitacional neta (flecha negra) cambiará ligeramente haciendo que la luna entre en una espiral hacia afuera y gane energía. Por otro lado, las mareas altas crean una fuerza de fricción en el planeta, reduciendo su velocidad de rotación. Esto quiere decir que hace millones de años, la Tierra giraba mucho más rápido, o sea, los días eran mucho más cortos.

Entonces, si queremos saber a qué velocidad giraba la Tierra primitiva debemos saber a que distancia se encontraba la Luna cuando ésta se formó, algo que por desgracia desconocemos. Pero Comins no se quedó con los brazos cruzados y haciendo un par de asunciones sobre la distancia entre la Luna y la Tierra hace más 4,000 millones de años, calculó el tiempo que le tomaba a la Tierra girar sobre su propio eje, un valor que va entre las 5 y 10 horas.

Para llegar a este valor, Comins se basó en una de las leyes más importantes de la física: La ley de la conservación del momento angular. Esta ley dice que el momento angular del sistema Tierra-Luna, la cual está relacionada con la energía total almacenada tanto en la rotación de la Tierra como en la revolución de la Luna sobre ella, es siempre la misma. Entonces, si la Luna gana momento angular al hacer en una espiral hacia afuera, la Tierra debe perder la misma cantidad de momento angular, así que su velocidad de rotación se reducirá. El cambio es casi imperceptible, los días se prolongan tan solo 0.002 segundos cada 100 años; pero si lo multiplicamos por los miles de millones de años de existencia de la Tierra, el cambio sí que es significativo. Los astrónomos Jihad Touma y Jack Wisdom en 1995 hicieron el cálculo, el cual se representa en el siguiente gráfico:

Moon-Graph

Entonces, si la luna no hubiera existido, ¿la Tierra giraría tan rápido que el día duraría tan sólo  6 horas? ¿y qué hay del sol o de los otros planetas que conforman el sistema solar?, ellos también ejercen una fuerza gravitacional sobre nuestro planeta.

Bueno, los planetas ejercen una fuerza de atracción prácticamente insignificante sobre la Tierra, incapaz de producir algún tipo de mareas. Sin embargo, el sol, si tiene un poder de atracción sumamente fuerte, tanto así que es responsable de la tercera parte de las mareas. Entonces, la velocidad de la Tierra y la duración de los días se hubieran reducido en una tercera parte. De todas maneras, es la Luna la que ha tenido un mayor efecto sobre la “fisiología” de nuestro planeta.

Como hace miles millones de años la Luna se encontraba mucho más cerca de la Tierra, su efecto gravitacional era más fuerte, así que la mayor pérdida del momento angular de nuestro planeta se dio cuando la Luna era muy joven. Se cree que, originalmente, la Luna se encontraba 10 veces más cerca de lo que se encuentra en la actualidad y, según los cálculos de los físicos, las mareas fueron 1,000 veces más altas de las que son ahora, así que la velocidad de rotación de la Tierra se reducía mucho más rápido. Entonces, sin el efecto gravitacional de la Luna, los días en la Tierra durarían entre 7 y 12 horas en la actualidad.

De esto podemos de deducir que si la Tierra gira más rápido, entonces la fuerza centrípeta es más fuerte y las mareas cerca al ecuador serían mucho más altas. Sin dudas, esto hubiera afectado la evolución de la vida en la Tierra. La tierra firme en las zonas ecuatoriales serían más pequeñas de lo que son en la actualidad. Por otro lado, los vientos serían mucho más intensos, tal como se observan en planetas con rotaciones rápidas como Júpiter o Urano, haciendo prácticamente imposible la vida como la conocemos en la superficie terrestre —los océanos serían los lugares más seguros para vivir. Además, los días más cortos afectarían el fotoperiodo de las plantas y algas y el ritmo circadiano de los animales. La tierra firme sería tan enigmática como son los océanos y las zonas abisales en la actualidad. En otras palabras, la Tierra no hubiera sido la misma.

Entonces, ahora pensemos por un momento en otra posibilidad… ¿y si la Tierra tuviera dos lunas?. Comins responde a esta pregunta con otro interesante libro: What If the Earth Had Two Moons?: And Nine Other Thought-Provoking Speculations on the Solar System. Sólo queda imaginar, cualquier posibilidad puede ser explicada por la ciencia.


Fuente | http://www.astrosociety.org/education/publications/tnl/33/33.html

Esta entrada participa en la XXIII Edición del Carnaval de la Física celebrado ahora en el blog Astronomía y Física.

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04 agosto, 2011

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Se encuentran posibles flujos estacionales de agua en Marte

Seguro que ya estamos cansados de oír este anuncio: ”Científicos encuentran agua líquida en Marte”. Cuántas veces ha aparecido este titular en los periódicos y después de unos días quedaba en el olvido porque no habían las pruebas suficientes como para demostrarlo. ¿Esta vez será igual?. Es un hecho que fluyó agua sobre el suelo marciano en tiempos pasados, pero el hecho de que haya agua líquida sobre su superficie en nuestros días sigue siendo objeto de debate. En un artículo publicado hoy en Science, científicos del Laboratorio Planetario y Lunar de la Universidad de Arizona captaron una serie de imágenes con el HiRISE de lo que pareciera ser unos flujos de agua sobre ciertas laderas marcianas.

mars

Las imágenes captadas por el MRO/HiRISE hablan por sí solas. En el .gif animado podemos observar claramente la formación de las Líneas Recurrentes de Pendiente (RSL), las cuales no son más que marcas relativamente oscuras y estrechas —de unos 0.5 a 5m de ancho— que aparecen sobre las pendientes empinadas (25° - 40° de inclinación) de las laderas ubicadas en las regiones templadas del planeta rojo. Estas RSL se manifiestan solamente en las estaciones cálidas —donde la temperatura promedio es de unos -30°C (aunque se registran picos de 27°C en días calurosos)—; y desaparecen en las estaciones frías —donde la temperatura promedio suele ser de unos -80°C. A primera vista pareciera ser agua líquida.

No hay dudas que en Marte alguna vez fluyó agua, lo que hace especular miles de cosas y ha sido fuente de inspiración para muchas películas y hasta teorías que tratan de explicar el origen de la vida en la Tierra. Las misiones espaciales que han estudiado el suelo marciano han encontrado la presencia de sulfatos y cloratos, los cuales son buenos indicadores de la existencia de agua. Sin embargo, lo más interesante de estas sales es que si se encuentran diluidas en el agua pueden bajar su temperatura de congelamiento hasta unos -200°C y reducir su tasa de evaporación en más de 10 veces.

Las imágenes donde se ven las RSL fueron captadas por el MRO/HiRISE entre el final de la primavera y el inicio del otoño, desapareciendo durante el invierno marciano. Se confirmaron la presencia de las RSL en siete laderas marcianas, aunque se estima que pueden haber otras 12 ubicadas en 20 laderas candidatas. Por ahora, sólo se ha analizado el hemisferio sur del planeta, a latitudes entre los 32° y 48°, aunque se estima que pueden haber algunas otras en las regiones más ecuatoriales. Por su parte, en el hemisferio norte, la probabilidad de que hayan RSLs es sumamente baja ya que sus veranos son más fríos —el perihelio (momento en que el planeta se encuentra más cerca del sol debido a la forma elíptica de sus órbita) se da cerca a su solsticio de invierno.

Sin embargo, no se ha podido confirmar la composición química de estas RSL debido a que es muy difícil hacer un estudio espectrométrico desde el espacio —la resolución del CRISM, el cual está ubicado en la órbita marciana, es de unos 18 metros por pixel y, como mencionamos anteriormente, los RSL tienen menos de 5m de ancho. Los espectros tampoco permitieron relacionar los RSL con ciertos minerales en particular. Así que por ahora nada está dicho con certeza.

Se han planteado otras hipótesis, algunas más probables que la mera existencia del agua líquida fluyendo en sus pendientes. Una de ellas dice que podría ser que los ciclos termales, algo extremos en Marte, dañen las rocas, resquebrajándolas y haciéndolas fluir en forma granular. Sin embargo, este proceso se da lentamente y no podría explicar la velocidad en la que aparecen algunas RSL.

Otra explicación sería que es polvo marciano movido por los fuertes vientos que soplan en ciertos momentos del año. Sin embargo, esta hipótesis no explica por qué no hay RSL en el hemisferio norte, o por qué es más frecuente en algunas regiones y no en otras. Tal vez sea que hay regiones con vientos más fuertes y otras donde es más calmo.

Otra cosa extraña es que los RSL no se dan en regiones con grandes depósitos de sulfatos, el cual le permitiría bajar su punto de congelamiento del agua en varios grados. Aunque no se descarta la posibilidad de haber otros minerales que también tengan un efecto sobre su temperatura de solidificación (efecto eutéctico), o tal vez haya otro tipo de sales higroscópicas que atrapen el vapor de agua de la atmósfera.

Como pueden ver hay muchas posibles explicaciones, sin dudas faltan estudios in situ para develar por fin este misterio: ¿será o no será agua?. Hasta que esto ocurra tendremos tiempo de sobra para especular muchas cosas. Por otro lado, los astrobiólogos también se encontrarán muy excitados con la noticia ya que abriría la posibilidad de encontrar algún tipo de forma de vida por ahí —claro, si es que nuestras propias sondas espaciales no han contaminado ya el planeta en cada una de sus visitas.

Para recordar, hace un par de años la sonda espacial Phoenix detectó unas diminutas gotas de agua, las cuales quizás estaban poercloradas, permitiéndolas mantenerse líquidas aún a temperaturas que bordeaban los -30°C.


Referencia:

ResearchBlogging.orgMcEwen, A., Ojha, L., Dundas, C., Mattson, S., Byrne, S., Wray, J., Cull, S., Murchie, S., Thomas, N., & Gulick, V. (2011). Seasonal Flows on Warm Martian Slopes Science, 333 (6043), 740-743 DOI: 10.1126/science.1204816

Más información e imágenes: http://hirise.lpl.arizona.edu/es/noticias/science-2011-agosto-4.php

Esta entrada participa en el III Carnaval de Geología celebrado en El Pakozoico.

geocarnaval III