06 julio, 2018

Aumenta la siembra de transgénicos en el mundo

La semana pasada, el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA) publicó su reporte anual sobre la situación actual de los cultivos transgénicos en el mundo. Los datos presentados son básicamente los mismos que en años anteriores [2015 y 2016]. En esta entrada revisaremos algunos de los datos más relevantes.

Los cuatro principales

En el año 2017, se sembraron un total de 189,8 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en el mundo. Esto equivale a 1,5 veces la extensión del Perú y representa la décima parte de toda el área cultivable que existe en el planeta. Sin embargo, más del 99% se concentra solo en cuatro cultivos: soya (49,6%), maíz amarillo (31,4%), algodón (12,8%) y canola (5,4%).

Los cuatro principales cultivos transgénicos. Fuente: ISAAA.
La razón de por qué los transgénicos se concentran en estos cuatro cultivos es porque son producidos en masa (commodity). La soya es la principal fuente de proteínas de origen vegetal destinada principalmente a la elaboración de alimentos balanceados para animales. El maíz amarillo, a parte de ser usado en la alimentación de animales (especialmente, aves), también es usado para la elaboración de aditivos para la industria alimentaria (jarabes, conservantes, preservantes, harinas, aceites, gomas de mascar, gelatinas, edulcorantes, etc.). El algodón es la principal fibra textil de origen vegetal y la canola (colza con bajo contenido de ácido eurícico) es usado para la producción de aceites y biocombustibles.

Como pueden ver, estos cuatro productos son la base de muchas actividades industriales. Por ello, la cantidad de soya, maíz amarillo, algodón y canola requerida es muy grande. Esto se traduce en mayores extensiones de áreas cultivadas y, por lo tanto, un mercado más grande de venta de semillas; más aún cuando el 80% del algodón y la soya, y el 30% del maíz y la canola sembrada en el  mundo es transgénica.

Países productores de transgénicos

Si bien es cierto, los transgénicos han sido una de las tecnologías agrícolas con mayor rapidez de adopción a nivel mundial, especialmente en países en vías de desarrollo, a partir del año 2014, este incremento parece haberse estancado:


Áreas sembradas con transgénicos a nivel mundial desde el año 1996. Fuente: ISAAA.
Esto se debe a que más del 90% de la producción mundial de cultivos transgénicos se concentra solo en cinco países: Estados Unidos (40%), Brasil (26%), Argentina (12%), India (7%) y Canadá (6%); y, en todos estos países, el nivel de adopción de la tecnología en los cultivos de soya, maíz amarillo, algodón y canola supera el 90%. En el caso del Argentina, ya alcanzó el 100%. Esto se traduce en que ya no haya más áreas disponibles para la siembra de transgénicos a menos que estos se empiecen a diversificar hacia otros cultivos con grandes extensiones como la papa, el trigo, el arroz, entre otros. Sin embargo, es muy difícil que esto ocurra debido al rechazo hacia el consumo de productos transgénicos por parte de la población.

Este estancamiento también ha sido una de las causas por la que las principales empresas productoras de semillas transgénicas han sido compradas por otras más grandes (Monsanto por Bayer y Syngenta por ChemChina) o se han fusionado (Dow Agrosciences y Pioneer-DuPont). Al no haber perspectivas de crecimiento en estos rubros, ahora están buscando nuevos rubros en el cual invertir. Uno de ellos sería la edición de genes y otro la biología sintética.

Países que concentran el 90% de las áreas sembradas con transgénicos. Fuente: ISAAA.
Características de los transgénicos

Más del 99% de las áreas sembradas con cultivos transgénicos tienen dos características fundamentales: el 12% es resistente al ataque a insectos (RI), más conocidos como los "cultivos Bt"; el 47% presenta tolerancia a los herbicidas (TH), principalmente al glifosato; y el 41% presenta ambas características (eventos apilados).

De acuerdo con un estudio publicado en el 2016, el uso de las plantas RI han permitido reducir el uso de insecticidas y su impacto ambiental gracias a su capacidad para defenderse de sus principales plagas. Sin embargo, las plantas tolerantes a herbicidas no han conseguido el mismo efecto. Si bien es cierto, se ha reducido el uso de herbicidas mucho más tóxicos, cada año aumenta la cantidad de glifosato aplicado por hectárea debido a la aparición de malezas cada vez más resistentes. Esto ha provocado que empiecen a aparecer nuevas plantas transgénicas tolerantes a otros herbicidas, tales como Dicamba o el 2,4-D, que son relativamente más tóxicos que el glifosato.

Por otro lado, teniendo en cuenta que el 88% del área sembrada con cultivos transgénicos pueden presentar tolerancia a herbicidas, no podríamos afirmar que esta tecnología ha permitido reducir el uso de pesticidas en general. Solo lo ha hecho en cuanto a insecticidas.

El informe presentado por ISAAA presenta muchos datos adicionales que los iremos analizando en próximas entradas, por ejemplo, el caso del algodón en la India, los nuevos productos transgénicos que han sido autorizados, la situación en países que están empezando a hacer uso de la tecnología y las perspectivas que hay en nuestro país.

01 julio, 2018

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¿El virus del Herpes provocaría el Alzheimer?

Si alguna vez te apareció una enorme ampolla en el labio que al cabo de una semana cicatrizó formando una costra... felicidades, tienes herpes. No te preocupes ni te avergüences, casi la mitad de la población mundial lo tiene. La mayoría se infecta con el tipo 1 (HSV-1) de niño, a través del contacto oral, por ejemplo, los besos de los familiares. Pero también hay otras cepas que se transmiten de formas similares.

Virus del herpes. Fuente: Pixinio.
La característica de estos virus es que pueden infectar las células nerviosas y cerebrales e integrar su ADN al nuestro, por lo que nos acompañará para toda la vida. El HSV-1, por ejemplo, se puede reactivar de vez en cuando, provocando las ampollas labiales. Sin embargo, las otras cepas pueden pasar desapercibidas. Esto no quiere decir que sean inocuas ya que, de acuerdo con un reciente estudio publicado en Neuron, investigadores estadounidenses hallaron abundante presencia de las cepas HHV-6A y HHV-7 en el tejido cerebral de personas que padecieron Alzheimer.

La posible relación entre el virus del herpes y la enfermedad de Alzheimer fue descubierta hace más de treinta años. Y a pesar de la reticencia de ciertos investigadores a aceptar que la causa de esta enfermedad neurodegenerativa podría ser un agente infeccioso, las evidencias están apuntando a ello. Esto ha provocado que empiecen a probarse ciertos antivirales para prevenir o tratar el Alzheimer.

En el presente estudio, investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai analizaron el tejido cerebral de 944 cadáveres, de los cuales 622 murieron padeciendo la enfermedad de Alzheimer. Su objetivo era identificar qué genes se expresaban de manera diferencial entre los cerebros sanos y enfermos para así desarrollar nuevos tratamientos contra este mal. Pero, se llevaron una gran sorpresa al identificar una mayor presencia de HHV-6A y HHV-7 en las regiones del cerebro donde había una mayor muerte de neuronas, incluyendo el hipocampo. Los mismos resultados fueron obtenidos al analizar los datos de otros bancos cerebrales de diferentes partes del mundo.

Cabe la posibilidad que la presencia de los virus del herpes sea una consecuencia de la enfermedad. Es decir, el tejido dañado por el Alzheimer sea más susceptible a ser infectado por los virus. Sin embargo, los investigadores también descubrieron que varios genes involucrados con el desarrollo del Alzheimer interactuaban con los virus del herpes en el cerebro, específicamente, los que generan la proteína precursora amiloide (APP).

Para algunos investigadores, no basta con que los virus estén presentes en el cerebro para que la persona padezca de Alzheimer. Si así fuera, miles de millones tendrían esta enfermedad. Algo debe activarlos o simplemente, por cuestiones del azar, el virus se integra en regiones del genoma donde interactúa de mejor manera con los genes involucrados con el desarrollo del Alzheimer.

Este y otros estudios nos muestra qua cada vez hay mayores evidencias de que muchos agentes infecciosos están directamente relacionados con el desarrollo de ciertas enfermedades, incluyendo diversos tipos de cáncer. Comprender mejor el rol que juegan en nuestro organismo y como pueden modular la expresión de nuestros genes nos permitirá desarrollar mejores fármacos para controlarlos.

Referencia:

Readhead et alNeuron 99, 1–19 doi: 10.1016/j.neuron.2018.05.023 (2018)

Vía | STAT.