13 junio, 2023

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Zancudos biotecnológicos

Malas noticias envueltas en proteína. Esa es la mejor descripción de un virus. No tienen vida propia, pero pueden causar mucho daño a quienes infectan. Somos testigos de ello desde hace varias semanas con más de 141 mil casos de dengue, 1247 hospitalizados y, al menos, 173 fallecidos confirmados. Una de las peores epidemias desde que llevamos registro.

Con solo 0.000005 milímetros de diámetro y un pequeño genoma de ARN que produce solo diez proteínas diferentes, el virus del dengue (DENV) provoca estragos en nuestro cuerpo. Los dolores de cabeza y de articulaciones son los síntomas más comunes. El DENV se presenta en cuatro versiones o serotipos. Infectarte con uno no te vuelve inmune a los otros, por el contrario, te hace más susceptible a desarrollar síntomas graves que pueden ser letales.

El DENV usa al zancudo Aedes aegypti como un servicio de delivery. Se multiplica en sus intestinos y migra a sus glándulas salivales a través de la hemolinfa (la sangre de los insectos). Una vez ahí espera pacientemente a que el zancudo —en realidad, la zancuda, pues solo las hembras pican— se alimente. El virus entra a nuestro torrente sanguíneo mientras su hospedero succiona la sangre. Infecta las células dendríticas, que son claves en la respuesta inmunitaria, y las convierte en fábricas de virus. A los pocos días, millones de DENV se liberan en la sangre (viremia) a la espera de la picadura de otro zancudo para reiniciar el ciclo.

Ciclo biológico del virus del dengue. Fuente: Guzman et al. 2016.
Para controlar el dengue debemos reducir las poblaciones de zancudos. Menos picaduras, menos infectados. Esto se logra eliminando sus criaderos (recipientes de agua, charcos, pozas, floreros, etc.). En zonas húmedas y lluviosas resulta casi imposible. También se fumigan las viviendas, aunque su efectividad es limitada debido a la aparición de poblaciones resistentes.

Aedes buenos

Indaiatuba es un municipio de 200 mil habitantes ubicado 90 Km al norte de São Paulo, Brasil. Si caminas por sus calles y avenidas verás unas curiosas cajas hexagonales con orificios en las tapas colgadas de postes y árboles. En su interior hay decenas de huevos de Aedes aegypti que esperan convertirse en zancudos adultos al cabo de un par de semanas. Todos son machos y todos cargan consigo un mensaje de autodestrucción codificado en su ADN. Su creadora, la empresa británica Oxitec, lo llama OX5034 o Aedes do Bem™.

Cajas conteniendo huevos de zancudos OX5034. Se activan con agua. Fuente: Folha.
Este zancudo fue diseñado por ingeniería genética. Le insertaron un gen que produce grandes cantidades de una proteína letal llamada tTAV. Se activa solo en las larvas hembras impidiendo que completen su desarrollo y proliferen. De esta manera, la población de zancudos se reduce a niveles que ya no son un problema de salud pública. Aquí Lluis Montoliu hace una explicación detallada de la tecnología.

En once meses, esta tecnología redujo en 96 % las poblaciones de zancudos en los barrios de Indaiatuba donde fue utilizado. Ahora, los Aedes do Bem™ se usarán en comunidades densamente pobladas de ciudades como São Paulo (en coordinación con la inmobiliaria QuintoAndar) y Porto Alegre. Incluso puedes comprar las Caixa do Bem para tu domicilio en diferentes estados de Brasil. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), por su parte, autorizó probar la tecnología en Florida.

Bacteria aliada

En 1924, dos investigadores del Departamento de Patología de la Universidad de Harvard, Burt Wolbach y Marshall Hertig, hicieron un asombroso descubrimiento. Hallaron una bacteria viviendo dentro de las células de diversos invertebrados: arañas, ácaros, mosquitos, escarabajos, avispas, etc. Creían que se trataba de Rickettsias (un parásito intracelular muy conocido en artrópodos hematófagos como garrapatas), pero sus características biológicas diferían de ellas.

Hoy se sabe que estas bacterias conocidas como Wolbachia (en honor a su descubridor) infectan al 60 % de todas las especies de insectos del mundo. Se transmiten por vía materna, es decir, si una hembra está infectada también lo estará su descendencia. Incluso algunas cepas evitan que los machos infectados se reproduzcan con hembras sanas. Pero Aedes aegypti está dentro del grupo de insectos que carecen de esta bacteria.

Scott O’Neill, investigador de la Universidad de Monash en Australia, se preguntó que pasaría si el zancudo es infectado por la Wolbachia de la mosca de la fruta. El experimento tuvo un resultado inesperado: la bacteria protegía al zancudo de la infección por diferentes virus, entre ellos, del dengue. Además esta protección podía heredarse formando rápidamente poblaciones inmunes al DENV, tal como lo confirmaron en 2011.

Los zancudos infectados por Wolbachia bloquean el establecimiento del DENV. Fuente: Daily News.
En la actualidad, el World Mosquito Program (WMP) se vale de esta estrategia para reducir las infecciones por dengue en diversos lugares alrededor del mundo: Colombia, Laos, Indonesia, Australia, Vietnam. Se quiso traer esta tecnología al Perú, pero nuestras instituciones no están preparadas para afrontar estos retos.

No aprendemos

El brutal brote de dengue que estamos viviendo demuestra una vez más que nunca aprendemos de los errores. Fuimos el país que peor manejó la pandemia de la COVID-19. Y lo más triste es que las mismas personas nos llevaron a esa debacle, varios involucrados en el Vacunagate, conformaron el grupo de expertos que asesoró al MINSA en esta epidemia. Puros médicos que no permiten explorar estrategias transdisciplinares. Una respuesta blandengue, como escribió Alejandra Ruiz en Jugo de Caigua.

Tanto los zancudos transgénicos de Oxitec como los infectados por Wolbachia del WMP, son estrategias biotecnológicas que demostraron funcionar en todas las pruebas realizadas. Uno busca reducir o erradicar las poblaciones de zancudos y el otro reemplazarla por una resistente a los virus. Pero ¿podrían ser aplicadas en Perú?

Si bien tenemos una moratoria a los transgénicos, solo se aplica a los que tienen fines agrarios o acuícolas (cultivos o crianzas), según la Ley Nº 29811 y su ampliación. Los zancudos de Oxitec tienen como fin el control biológico y salud pública. No obstante, no tenemos una normativa para regularlos. La forma más rápida sería la conformación de una Comisión Multisectorial de carácter técnico, que evalúe los riesgos y beneficios ambientales, económicos y sociales, para tomar una decisión política acertada.

En el caso de los zancudos infectados con Wolbachia, al no ser transgénicos, la evaluación sería menos compleja y posiblemente tenga mayor aceptación por parte de la ciudadanía. Nuestras autoridades deben buscar un acercamiento con el WMP e involucrarse en el programa.

Cualquiera de las dos estrategias no solucionarán el problema actual del dengue, pero permitirá prevenir futuros brotes infecciosos, especialmente ahora que se nos viene un evento de El Niño global. Lo ideal sería una mezcla de ambas estrategias. Por ejemplo, la tecnología de Oxitec en zonas urbanas de la costa, donde la erradicación de los zancudos no traería consigo efectos en los ecosistemas (cadenas tróficas). Y en la selva, dada su biodiversidad, sería la tecnología de Wolbachia, pues esta no elimina las poblaciones de zancudos, que seguirán disponibles como alimento de otras especies amazónicas.

Y, al igual que en la pandemia de la COVID-19, debemos frenar de raíz las teorías conspiranoicas que están surgiendo en redes sociales. Por ejemplo, hay gente que cree que hay más casos de dengue por culpa de las vacunas de la COVID-19 o que los zancudos transgénicos o del WMP son un experimento del Bill Gates para reducir la población mundial. No esperemos que estos bulos se conviertan en bolas de nieve.