26 diciembre, 2018

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La papa "kulli" no ayudaría a combatir la anemia

La semana pasada comentábamos cómo muchos medios de comunicación fuera del país confundieron a la papa "kulli" —una nueva variedad desarrollada por el INIA— como transgénica, cuando en realidad fue desarrollada por mejoramiento genético convencional. Es decir, a través del cruzamiento de doce variedades de papas nativas con un posterior proceso de selección de aquellas con las mejores características.

La famosa papa "kulli". Fuente: Agraria.pe
Esta papa fue presentada al público como un producto biofortificado que serviría para combatir la desnutrición, anemia y cáncer de colon debido a su alto contenido de hierro (23 mg/100 g), zinc (19 mg/100 g) y antocianinas (189% más que el promedio de las papas nativas). Sin embargo, esto no sería del todo cierto.

Mi amigo Jaime Delgado, ingeniero agrónomo cuyo trabajo está muy relacionado al uso de los productos de la biodiversidad para la alimentación, me hizo notar que el valor de hierro y zinc de la papa "kulli" se veían "demasiado alucinantes", dado que otras papas mejoradas no llegan ni a 1 mg/ 100g. Era muy probable que la persona que elaboró la nota de prensa se haya comido una coma decimal y que el valor real sería de 2,3 mg/100 g.

No solo Jaime notó ese detalle. La Dra. María Scurrah, una de las mayores expertas en papa del país, también lo hizo. Ella junto a otros científicos y socios miembros del Grupo Yanapai redactaron una carta abierta al Presidente Martín Vizcarra en la cual manifestaban su preocupación por la desinformación que se ha generado a raíz del lanzamiento de la papa "Kulli".

"Las papas con alto contenido de antocianinas y antioxidantes precisamente no son buenas para luchar contra la anemia pues retienen el hierro en un compuesto que no es biodisponible (asimilable)", indican en la carta. Más bien son las papas de pulpa amarilla las más indicadas para este fin.

El desarrollo de papas biofortificadas con hierro y zinc no es algo nuevo. El programa de fitomejoramiento del Centro Internacional de la Papa (CIP) viene trabajando hace 15 años junto a las comunidades campesinas de Huancavelica para obtener una variedad que ayude a suplir la deficiencia de este mineral en las poblaciones altoandinas. "Se calcula que recién en unos dos años se podrán liberar estas nuevas variedades debido a que se tiene que estar seguro de las aseveraciones", menciona Scurrah.

De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, un niño entre 1 y 3 años de edad requiere 7 mg de hierro al día. Si fueran ciertas las aseveraciones acerca de la papa "Kulli", con una tajada de 30 g bastaría para cubrir dicho requerimiento. Demasiado bueno para ser verdad. Lo cierto es que la mayoría de papas tienen entre 0,2 y 0,6 mg/100 g, por lo que su aporte diario de hierro no alcanza ni el 20%. Con la nueva variedad que viene desarrollando el CIP se espera alcanzar el 40%.

"Nos preocupa que se engañe al gran público consumidor y a los agricultores que desean contribuir en la lucha contra la anemia, involucrando al Ministro de Agricultura [y Riego] en generar falsas expectativas", finaliza la carta.

Por ello, se hace necesario que el INIA publique el documento técnico de la variedad INIA 328 – Kulli Papa donde se muestren los análisis de contenido nutricional con el fin de conocer su verdadero potencial.

21 diciembre, 2018

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La papa "kulli" NO es transgénica

Hace una semana, el Instituto Nacional de Innovación Agraria presentó una nueva variedad de papa llamada "kulli" (INIA 328 – Kulli Papa), la cual ha sido desarrollada por mejoramiento genético convencional, es decir, por selección y cruzamiento de las mejores papas con las características deseadas, a partir de la enorme diversidad con la que cuenta nuestro país. Para liberar este producto tuvieron que pasar 10 años de investigación.
Papa "kulli", rica en antocianinas, hierro y zinc. Fuente: Agraria.pe
La principal característica de esta papa es su intenso color morado debido a su alto contenido de antocianinas (189% más que en otras variedades nativas). De ahí que su nombre sea "kulli" que en quechua significa "morado". Además cuenta con altos niveles de hierro (23 mg/100 g) y zinc (19 mg/100 g), lo que la hace un excelente producto para combatir la anemia en las zonas altoandinas.
Luis Alberto Tumpay Sucno, científico de Zurite, miembro de un grupo itinerante del INIA en Zurite, explicó que para obtener esta variedad se hicieron retrocruces con unas 12 variedades de papas nativas “son varias combinaciones que han contribuido para esta papa selecta”, indicó. 
Como pueden ver, no es una papa genéticamente modificada (GM) o transgénica. No hubo introducción de ADN externo por ingeniería genética. Sin embargo, muchos medios que difunden los avances de la biotecnología lo están difundiendo como sí fuera un producto transgénico.

Estas páginas usan como referencia un artículo publicado en el portal Potato News Today, que escribe lo siguiente: "the new potato was genetically modified by scientists from the National Institute for Agricultural Research (INIA)".

Artículo usado como referencia en otras páginas web, incluso en español.
Lo primero que pensé es que se trataba de un error en la traducción. Muchas veces las palabras "mejoramiento genético" se suelen traducir como "genetic modification" cuando debería ser "conventional breeding". Sin embargo, en el portal Potato News Today se hace referencia a un artículo en español publicado en Argenpapa que, a su vez, hace referencia a otro artículo publicado en La Crónica, donde ya se hace mención a que el tubérculo es modificado genéticamente. Esta cadena de errores ha ocasionado que la desinformación se siga propalando.

Agro-Bio de Colombia también difunde el error.
Escribí directamente a Lukie Pieterse, editor de Potato News Today, indicándole del error en la publicación, pero hasta el día de hoy no ha sido corregido.

Lo cierto es que, para desarrollar productos con características novedosas y beneficiosas para los consumidores, no es necesario siempre recurrir a la ingeniería genética. Más bien, debemos seguir aprovechando de la enorme diversidad genética que poseemos en otros cultivos. De esta manera, reducimos los costos asociados con el proceso regulatorio que todo producto transgénico debe pasar antes de salir al mercado y evitamos que estos sean rechazados por consumidores que se oponen a esta tecnología.

La ingeniería genética, sin lugar a dudas, tiene sus beneficios, pero este producto no es uno de ellos.

09 diciembre, 2018

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Humanos genéticamente modificados

Hoy escribí una breve columna de opinión para el suplemento El Dominical del diario El Comercio, sobre los alcances de la ingeniería genética en seres humanos, a raíz de la controversia generada por el investigador chino He Jankui.


Todo lo que somos está escrito en nuestro ADN y un pequeño error ‘tipográfico’ (mutación) puede provocar terribles enfermedades, como la hemofilia o la fibrosis quística, que nuestros hijos podrían heredar. 

Hasta el siglo pasado las enfermedades genéticas eran incurables. Aunque a fines de la década de 1990 surgió la terapia génica, la cual usa virus inactivados para ‘hackear’ nuestras células e introducir la secuencia de ADN correcta, esta herramienta funciona en pocas enfermedades y puede generar una respuesta inmune extrema que afecte al paciente.

Todo cambió en el 2012, cuando Jennifer Doudna y Feng Zhang presentaron al mundo el sistema CRISPR/Cas9, una herramienta molecular capaz de hacer cortes en lugares precisos del ADN. Funciona bien en organismos poco complejos, pero las primeras pruebas de laboratorio en células humanas han presentado ciertas fallas: aparecen cambios genéticos no previstos y solo un pequeño porcentaje de las células es modificado. Hay un consenso científico de no aplicarlo en embriones viables o células sexuales (óvulos y espermatozoides) porque los errores —con consecuencias desconocidas— podrían heredarse a las siguientes generaciones. Por ello, el experimento de He Jiankui, quien hace unas semanas anunció el nacimiento de dos niñas modificadas por CRISPR/Cas9, ha sido tan criticado.

La corrección de mutaciones es cada vez más sencilla y, por primera vez, tenemos la capacidad de introducir nuevas instrucciones genéticas o mejorar las existentes. ¿Se abre paso a un nuevo tipo de eugenesia?

01 diciembre, 2018

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Más detalles sobre los bebés genéticamente modificados

A todos nos agarró frío el anuncio que hizo He Jiankui a inicios de semana. Se trata del nacimiento de unas mellizas cuyos genes fueron modificados usando la tecnología CRISPR/Cas9. El miércoles pasado, en la II Cumbre Internacional sobre Edición del Genoma Humano, He presentó mayores detalles de su controversial estudio.


A través de su cuenta de Twitter, el bioquímico estadounidense Sean Ryder (@RyderLab) escribió un hilo donde analiza los datos presentados por el investigador chino en su conferencia (dado que todavía no ha sido publicado en una revista científica) y estos resultan verdaderamente alarmantes. Para explicarlo, empezaremos desde lo más básico...

El VIH, CCR5 y CRISPR/Cas9

El VIH es un retrovirus que infecta y destruye los linfocitos T CD4+ de la sangre, responsables de coordinar la respuesta inmunológica de nuestro cuerpo. Nos volvemos incapaces de defendernos de cualquier organismo invasor que hasta el más inofensivo podría resultar mortal para nosotros. Para infiltrarse, el VIH se vale de la proteína CCR5 que se expresa en la superficie de los mencionados linfocitos.

Entrada del VIH en un linfocito T CD4+ mediante el correceptor CCR5. Imagen: US National Institutes of Health.
En Europa y el oeste de Asia, la décima parte de la población posee una variante del gen ccr5 cuya secuencia carece de una porción de ADN de 32 nucleótidos. Esta mutación conocida como delta-32 (Δ32) genera una versión incompleta de la proteína CCR5 que ya no puede ser reconocida por el VIH. Es decir, el virus ya no puede infectarlas.

Lo que hizo He Jiankui fue utilizar una herramienta molecular capaz de reconocer secuencias específicas de ADN dentro de genoma de un ser vivo para cortarlo y editarlo de manera precisa. Es como usar la función buscar y reemplazar del MS Word. La herramienta se llama CRISPR/Cas9 que utiliza una molécula de ARN como guía, cuya secuencia es complementaria a la porción de ADN del gen ccr5 que se quiere quitar.

Versiones de CCR5 generadas

El Dr. Ryder elaboró una imagen que muestra la secuencia del gen ccr5 sin modificar y su correspondiente secuencia de aminoácidos, la versión Δ32 del gen ccr5 y las versiones del gen ccr5 presentes en las mellizas "Lulu" y "Nana". PAM representa el lugar que usa CRIPSR/Cas9 para anclarse al ADN y realizar la edición del gen.
Imagen elaborada por @RyderLab.
Recordando un poco de biología del colegio, cada aminoácido de una proteína está codificado por una secuencia de tres nucleótidos. La arginina (R) por AGA, serina (S) por TCT, glutamina (Q) por CAA, etc. Si a la versión Δ32 del gen ccr5 le falta 32 nucleótidos, entonces a la proteína resultante le falatará 10,67 aminoácidos. Pero como no existe tal cosa como 0,67 aminoácidos, lo que provocará es un cambio en la forma cómo se leerán los nucleótidos posteriores (cambio en el marco de lectura). Todo se correrá dos nucleótidos. Como resultado no solo tendremos una proteína CCR5 más pequeña, sino también con una secuencia diferente y, por lo tanto, una estructura tridimensional deforme. Esto evita que sea reconocida por el VIH e infecte los linfocitos T CD4+.

De acuerdo a lo presentado por He Jiankui, "Lulu" presentaba una supresión de 15 nucleótidos en una de las copias del gen ccr5 mientras que la otra copia permanecía sin cambios. Quince nucleótidos pueden parecer muchos pero tan solo son cinco aminoácidos menos en una proteína que tiene 352. En otras palabras, si bien la proteína CCR5 de "Lulu" está incompleta, se parece mucho a la versión normal. ¿Será suficiente para evitar que la niña adquiera la enfermedad más adelante? De acuerdo con el investigador chino, es "probable" que sí.

En el caso de "Nana" se generaron dos versiones del gen ccr5: una con cuatro nucleótidos menos y otra con un nucleótido adicional. En ambos casos hay cambios en el marco de lectura. La primera versión (Nana "-4") generará una proteína CCR5 más corta que la versión Δ32, incluyendo nueve aminoácidos completamente diferentes. La segunda versión (Nana "+1") genera una proteína similar a la Δ32 pero con once aminoácidos nuevos adicionales.

Imagen elaborada por @RyderLab.
De acuerdo con el Dr. Ryder, ninguna de estas dos nuevas variantes de la proteína CCR5 producidas por "Nana" han sido obtenidas y analizadas previamente, por lo que se desconocen sus efectos. "Esto es lo que realmente me molesta. Las niñas son conejillos de indias para variantes proteicas que no han sido examinadas en animales", comenta. A parte que no había ningún fundamento médico para realizar estos experimentos, tampoco se contaba con la certeza de que estas modificaciones genéticas realmente funcionarían para el fin propuesto.

Otro aspecto que aún no parece haber sido aclarado es el mosaicismo que se pudo haber generado en las niñas. Es decir, que no todas sus células cuenten con las mismas modificaciones genéticas. Es probable que algunas cuenten con las versiones normales del gen, otras con una de las variantes y otras con las dos variantes juntas.

No hay dudas que la tecnología CRISPR/Cas9 tiene un enorme potencial para mejorar la calidad de vida de las personas. Pero por ahora los riesgos son demasiado grandes debido a su falta de precisión y control. Y esto se debe a que recién llevamos seis años utilizándola para editar los genomas. Poco a poco los científicos van encontrando la forma de volver esta técnica 100% segura, hasta eso, no deberíamos aplicarla en embriones viables o líneas germinales (óvulos y espermatozoides).