Una buena revista de divulgación científica debe cumplir, creo yo, con dos requisitos: calidad de los artículos divulgativos y rigor científico en ellos. Revistas que cumplen con estos requisitos hay varias, por ejemplo: Scientific American, New Scientist, Discover, National Geographic, entre otras. Como se habrán dado cuenta, todas cuestan —en promedio— unos $50 la suscripción anual, y todas son en inglés (a excepción de National Geographic, que tiene su versión en español).
Revistas de divulgación en español tenemos Muy Interesante, este…, uhm…, ejem…, Quo tal vez, y… creo que éstas son todas, tal vez haya otras que se sólo se distribuyen regionalmente. Sin embargo, estas revistas también tienen un costo y muchos de los artículos publicados carecen de rigor científico.
Por suerte, no todo está perdido. Durante las últimas semanas se estuvo cocinando un proyecto divulgativo extraordinario. Bajo el mando de Enrique Royuela (@eroyuela), administrador de la plataforma de divulgación científica Feelsynapsis, y la colaboración de varios investigadores que dedican una parte de su tiempo a la divulgación científica a través de sus blogs, sale a la luz el primer número de la revista The Journal of Feelsynapsis.
El arranque no pudo ser mejor: una entrevista al gran comunicador científico Bora Zivkovic, actualmente editor jefe de la red de blogs de la revista Scientific American, y 19 artículos divulgativos de calidad excepcional, abordando una gran variedad de temas, desde la geología de Titán, pasando por los virus y las micorrizas, hasta el cáncer y los antioxidantes, todos ellos escritos de una forma entendible para cualquier mortal.
Son 134 páginas (43Mb) de información valiosa y entretenida. ¿Cuánto te cuesta, cuánto te vale?. Ni un centavo. La revista la pueden encontrar online a través de Feelsynapsis, para que la leas desde tu navegador, la descargues en tu USB o la imprimas para leerla donde más te plazca.
Pero, ¿cuál es la motivación para presentar tremendo trabajo de manera gratuita?, Quique nos lo explica en el editorial de la revista:
Todos tenemos derecho a saber. Es más, yo diría que todos tenemos la obligación de saber. ¿Saber qué? Se preguntarán algunos. Y hacen bien en preguntárselo. Saberlo todo. O mejor dicho, todo aquello que quieran saber. Y eso es, señores míos, la esencia, el alma, la base, la “chicha” de la ciencia. Hacer(se) preguntas para obtener respuestas, que llevan a más preguntas. Entonces, se podría decir sin atisbo de duda que es éste el trabajo de un científico. Preguntar y responder. Aunque es posible que llevemos tanto tiempo metidos en nuestra cueva haciendo experimentos que a muchos se les (nos) ha atrofiado la capacidad de dar estas respuestas fuera de nuestro hábitat. Porque el derecho (y la obligación) de saber no es exclusivo de los hombres de ciencia, estamos obligados a explicar qué, para qué, cómo, cuándo y dónde se hace ciencia. Porque la ciencia es bella, apasionante, emocionante, conmovedora, y —a veces— frustrante, difícil, desilusionadora. Pero sobretodo es divertida. Aunque mucha gente no lo sabe. Y hemos de contárselo…
No queda más que dar los mejores deseos a este proyecto que, sin dudas, pondrá al alcance de todas las personas, lo mejor de la divulgación científica en español.
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