Pues sí. Y no estamos hablando desde un punto de vista filosófico sino visual. En otras palabras, ante una misma imagen, los varones y las mujeres fijamos la mirada en regiones diferentes. Esto lo demostraron un grupo de investigadores ingleses liderados por Felix Mercer Moss, estudiante de doctorado de la Universidad de Bristol, usando un aparato que permite recoger valiosa información visual a través del movimiento de los ojos (eye-tracking).
Para realizar el experimento, Mercer y sus colaboradores reclutaron a 52 voluntarios (26 varones y 26 mujeres) entre 19 y 47 años a quienes se les mostró 80 imágenes con un amplio rango de contenidos (romance, acción, vida natural, surrealismo, etc.) para evaluar donde fijaban la mirada y hacia donde movían los ojos.
Por lo general, las regiones más informativas de una escena son los lugares donde hay personas, y la ubicación más informativa de una persona es sin dudas el rostro particularmente alrededor de los ojos. Sin embargo, al analizar los resultados del experimento, los investigadores descubrieron que los varones y las mujeres no fijan la mirada en el mismo lugar.
Algunas escenas sociales presentadas en el experimento. En azul las regiones donde fijaron la mirada los hombres y en rojo las mujeres.
Una diferencia clara fue que las mujeres hacían más miradas exploratorias que los hombres. Esto quiere decir que movían y fijaban la mirada lejos de las regiones más informativas de la imagen. Por otro lado, se vio que las mujeres eran mucho más proclives a prever una amenaza, por lo que bajaban la mirada y la desplazaban hacia el centro de la cara para evitar tener contacto directo con los ojos de las personas presentes en las imágenes mostradas en el experimento.
Un hallazgo interesante fue que la mayor proporción de los participantes —tanto varones como mujeres— fijaban la mirada principalmente en la figura femenina cuando se les mostraba imágenes de parejas heterosexuales. Sin embargo, mientras que las mujeres hacían un barrido de todo el cuerpo de la figura femenina, los varones se enfocaban principalmente en el rostro (aunque me temo que esto hubiera cambiado completamente si la figura femenina hubiera estado desnuda).
Si bien los varones y las mujeres vivimos en el mismo entorno, la fiabilidad de lo que vemos puede ser muy diferente porque el interés que mostramos ante distintas regiones de una misma imagen son diferentes. Estas diferencias pueden ser atribuidas, en parte, a las hormonas sexuales que afectan la organización de nuestros cerebros a una temprana edad.
Referencia:
Mercer Moss, F., Baddeley, R., & Canagarajah, N. (2012). Eye Movements to Natural Images as a Function of Sex and Personality PLoS ONE, 7 (11) DOI: 10.1371/journal.pone.0047870
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