06 enero, 2023

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Algodón rosa

La mayoría de las personas dan por hecho que el algodón es blanco. Lo vemos así en hisopos, rollos y torundas. Sin embargo, existen de diversos colores, especialmente, en Perú. Marrón, crema, pardo, verde, son algunos de ellos. Como esos algodones no se pueden teñir, la industria textil optó por las variedades de fibra blanca.

Muestras de algodón de color. Fuente: Ing. Patricia Ocampo.

En la actualidad hay una mayor concienciación por los impactos ambientales que generan los productos que consumimos. La ropa es una de ellas. Los tintes empleados generan contaminación de los cuerpos de agua. En ese contexto, los algodones pigmentados adquieren mayor relevancia, aunque la variedad de colores existentes es muy limitada.

La naturaleza tiene infinidad de colores. Un claro ejemplo son las flores: amarillas, azules, rosadas, violetas, rojas y más. Cada pigmento es producido por diversas enzimas que catalizan reacciones químicas para que una molécula se convierta en otra. Por ejemplo, la tirosina es un aminoácido esencial producido por diversas plantas. Algunas poseen enzimas que transforman ese aminoácido en betacianinas, un pigmento que da coloración rosa.

El algodón carece de los genes que codifican las enzimas necesarias para producir betacianinas. Nunca veremos fibras de algodón rosa de forma natural. Pero podemos echar mano de la biotecnología para introducir los genes requeridos para hacerlo. Eso fue lo que hicieron investigadores australianos del CSIRO, liderados por la Dra. Filomena Pettolino. Los resultados fueron publicados en Plant Biotechnology Journal.

Se insertaron tres genes en el algodón: dos procedentes de Mirabilis jalapa, conocida como “buenas tardes” o “maravilla del Perú”; y uno de Beta vulgaris, más conocida como betarraga, una hortaliza que se caracteriza por su color rojo intenso. Los tres genes codifican el citocromo p450 (con dos enzimas, la tirosina hidroxilasa y la DOPA oxidasa), una DOPA dioxigenasa y una DOPA glucosiltransferasa. En la siguiente imagen se ve en detalle que hace cada una de ellas.

Nuevas enzimas codificadas por el algodón transgénico. Fuente: Li et al. (2022)

Los genes funcionaron correctamente. La fibras se teñían de rosa a medida que se formaban. Pero, como la biología no es tan simple, cuando completaban su desarrollo, estas perdían su color. Para evitarlo, los investigadores congelaban la motas de algodón unos días antes que maduren. Obviamente, no es una solución viable, por lo que investigarán la forma de fijar el pigmento en las fibras de manera permanente.

Desarrollo de las fibras de algodón (DPA: Días después de la antesis). Fuente: Li et al. (2022).

No tendremos algodón rosado en el mercado en el corto plazo, pero el experimento mostró que es posible reconstruir las vías metabólicas para sintetizar distintos pigmentos en sus fibras. Además, una vez se obtenga una línea transgénica con color estable, deberá pasar el proceso regulatorio al que son sometidos todos los transgénicos y, luego, introducir esa característica en las variedades comerciales a través del mejoramiento convencional (cruces y selección).

Referencia:

Li, X., Mitchell, M., Rolland, V., Allen, S., MacMillan, C., & Pettolino, F. (2022). “Pink cotton candy” – A new dye‐free cotton. Plant Biotechnology Journal. DOI: 10.1111/pbi.13990

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