17 diciembre, 2009

El exoplaneta más parecido a la Tierra

La pregunta si hay vida fuera de nuestro planeta ha cautivado por muchos años a biólogos y astrónomos de todo el mundo; pero como encontrarla en este basto universo? Como no podemos entender –o concebir- una forma de vida diferente a la nuestra, que se base en el carbono y que usen el agua como medio para realizar todas las reacciones metabólicas propias de un ser vivo, buscamos planetas que presenten algún rastro de presencia de agua.

Hasta ahora, todos los exoplanetas encontrados no cumplen con nuestros estándares para albergar vida. Si bien todos orbitan una estrella, muchos lo hacen de manera exageradamente elíptica (en momentos están tan cerca a su sol que son extremadamente calientes y en otros están tan lejos que son extremadamente fríos), todos son gigantes gaseosos (algo así como Júpiter), otros orbitan muy cerca a sus estrellas.

Ayer, astrónomos liderados por David Charbonneau de la Universidad de Harvard, reportaron en Nature la presencia de una súper-tierra; un exoplaneta con unas 6 veces más masa que la tierra y con 2.7 veces más radio, que gira a solo 2 millones de kilómetros de su pequeña estrella (una quinta parte del tamaño de nuestro sol, unas 3000 veces menos brillante y con una temperatura superficial de 2700°C) dándole una vuelta completa cada 38 horas. Su nombre es GJ1214b.

Que le hace tan interesante para los astrónomos? Es la presencia de una gran cantidad de agua, o como ellos lo describirían: “es un gran océano hirviente”. Posee una atmósfera de unos 200Km de grosor (mucho más gruesa que nuestra atmósfera) la cual genera una presión muy alta. La temperatura de la superficie del planeta sería de unos 200°C. Bajo esta presión, el agua podría estar en estado líquido a esta temperatura. Estas condiciones no son muy alentadoras para la presencia de vida, aunque en nuestro planeta, los microorganismos extremófilos viven en condiciones cercanas a esta. Presentaría además un núcleo de hierro y sílice, convirtiéndolo en el exoplaneta más parecido a la Tierra.

Usando el efecto gravitacional que ejerce el planeta sobre los fotones que emite su estrella cada vez que pasa frente a ella (método Doppler) se pudo determinar su masa y su radio, y con estos dos datos se pudo deducir su densidad fácilmente. Además, debido al grosor de su atmósfera, ésta podría bloquear la entrada de la luz solar, haciéndola inhospitable para soportar la vida como la conocemos.

Gracias a su cercanía con nuestro planeta (unos 42 años luz de distancia) se puede hacer un estudio profundo sobre la composición de su atmósfera y si es agua en realidad lo que posee dentro del él, usando las novedosas herramientas con las que fue equipado el el Telescopio Hubble.

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