Estudio realizado en pinzones cebra muestra una fuerte relación entre los telómeros y la longevidad.
Los telómeros son unos recubrimientos especiales ubicados en los extremos de los cromosomas. Cumplen con dos funciones importantes: i) evitar que estos extremos sean reconocidos como rupturas en el ADN, lo que llevaría a activar un mecanismo de reparación que los uniría con otros, provocando graves daños a la célula, y ii) proteger al ADN de la reducción que sufre cada vez que la célula se divide, porque, la enzima que copia el ADN, no puede replicar completamente uno de los extremos (la cadena retrasada donde se ubican los fragmentos de Okazaki) al no tener de donde sostenerse.
Durante nuestro desarrollo embrionario, tenemos activa una enzima llamada telomerasa que se encarga de reponer los telómeros perdidos durante la replicación del ADN. Sin embargo, una vez que nacemos y empezamos a crecer, se inactiva. Se cree que esta inactivación evolucionó como un mecanismo que reprime la formación de tumores. Lamentablemente, cuando los telómeros son muy cortos, ya sea por problemas genéticos o por su reducción a lo largo de la vida, la célula deja de dividirse y empieza a envejecer. He aquí su relación con el envejecimiento.
Es entonces donde sale a la luz la siguiente pregunta: ¿si tenemos unos telómeros más largos, viviremos más años? Si aplicamos la lógica, la respuesta sería afirmativa. Es más, hay estudios donde se ha encontrado cierta relación entre el tamaño de los telómeros y la esperanza de vida. Sin embargo, estos resultados no han sido concluyentes porque también hay otros estudios donde dicha relación no aparece.
Uno de los principales problemas es la forma como se aborda el estudio. En humanos, por ejemplo, los telómeros son analizados en personas de avanzada edad, para ver si su longitud tiene algo que ver con su longevidad. El problema es que no se puede hacer un estudio a largo plazo (desde que nace hasta que muere) porque tomaría más de 70 años en hacerlo. Otro dato que no se toma en consideración es que la mayor parte de los telómeros se pierden durante los primeros años de vida, y esta tasa varía entre una persona y otra, dando resultados sumamente dispersos y confusos. La exposición a agentes que propician la reducción de los telómeros (altas dietas calóricas, esfuerzo físico constante, agentes químicos en los alimentos, etc.) también juegan un rol importante en este efecto.
Ahora, un grupo de investigadores británicos, liderados por el Dr. Britt Heidinger de la Universidad de Glasgow, han estudiado el tamaño de los telómeros de un centenar de pinzones cebra durante distintas etapas de su vida, encontrando que la longitud que tiene a los 25 días de nacidos está muy relacionado con su esperanza de vida, según un artículo publicado el 9 de Enero en PNAS.
Heidinger estudiaron 99 pinzones cebra durante 9 años. Cada cierto tiempo les tomaban muestras de sangre para evaluar el tamaño de sus telómeros. Lo primero que observaron fue que la tasa de reducción fue mayor durante el primer año de vida, y ésta se aceleraba si las aves se reproducían.
Al terminar el estudio, los investigadores observaron que aquellos pinzones que tenían los telómeros más largos a los 25 días de nacidos, mostraban una mayor esperanza de vida. Esta correlación se perdía cuando se analizaba el tamaño de los telómeros después de ese momento.
Sin embargo, como pueden ver en el gráfico, la variación de lo resultados es muy grande. Si bien se observa cierta tendencia (a mayor es la longitud de los telómeros, mayor es la esperanza de vida), la variabilidad de los resultados hace que su índice de correlación no sea tan contundente como para dar por sentada la afirmación. Y si a esto le sumamos que factores externos de muerte como son las enfermedades, la depredación o la inanición han sido controlados, lo que ocurre en la naturaleza es mucho más complejo.
Tampoco indica que estos resultados sean aplicados a otros modelos biológicos, incluso a los humanos. Cada uno presentan una distinta tasa de pérdida de telómeros que está en función a su propia fisiología. Sin embargo, hay datos bastante buenos que pueden ser rescatados, por ejemplo, el hecho que la reproducción acelera la pérdida de los telómeros. Otro dato interesante es la confirmación de que ésta tasa es mayor durante los primeros meses de vida.
Bueno, concluiremos diciendo que si bien los telómeros juegan un rol importante en la senescencia celular, no podemos usarlos para predecir la esperanza de vida de un organismo porque éste depende de muchos factores, tanto internos como externos.
Referencia:
Heidinger, B., Blount, J., Boner, W., Griffiths, K., Metcalfe, N., & Monaghan, P. (2012). Telomere length in early life predicts lifespan Proceedings of the National Academy of Sciences DOI: 10.1073/pnas.1113306109
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