La arqueología es la ciencia que estudia a la cultura humana a través de la recuperación, documentación, análisis e interpretación de las evidencias materiales (cultura material) y su relación con el medio ambiente (paisaje). Distintos autores concuerdan en considerar al hombre y la sociedad humana como el objeto principal del estudio de la arqueología, y a la interpretación del comportamiento, así como el cambio y desarrollo cultural en el pasado, como su fin o meta.
Por registro arqueológico se conoce al conjunto de elementos formales originados por la acción social pasada que perduran hasta la actualidad y que constituye las fuentes de la arqueología. En otras palabras, es todo material mueble e inmueble hallado en un yacimiento arqueológico, que fueron hechos y utilizados por el hombre hasta ser abandonados al finalizar su vida útil.
Imagen | Flickr: @elmorsa |
Como dice Colin Renfrew en el prólogo del libro Siglos de oscuridad (Crítica, Barcelona, 1993) de Peter James: “La historia necesita fechas. La cronología es la columna vertebral tanto de la arqueología como de la historia, ya que, sin un marco temporal, no puede establecerse una secuencia de acontecimientos, ni se puede tener una visión clara de lo que sucedió en el pasado, ni saber qué avance significativo apareció primero”. Así pues, es ambición de todo arqueólogo colocar en el tiempo los sucesos, y sin la cronología no habría posibilidad de obtener la lógica de esos sucesos. Sólo cuando se sabe qué ocurrió antes y qué aconteció después, hay historia verdadera.
La mayor parte de los sistemas humanos de medición se calculan en años. Esta escala temporal asigna fechas desde o en un momento concreto del tiempo, de forma que en el mundo cristiano, por convención, se usa para datar el tiempo el nacimiento de Cristo, contándose los años antes o después del año 1 de la era cristiana.
Para la obtención de una cronología o datación de los objetos arqueológicos se recurre un doble camino:
a. Cronología relativa o fijar que un objeto o una cultura es anterior o posterior a otra; es decir, ordenar las cosas en secuencias.
b. Cronología absoluta o fijar el objeto en un sistema cronológico universal dando la fecha exacta de su fabricación o utilización.
A. DATACIÓN RELATIVA
A. DATACIÓN RELATIVA
Hasta la aparición de las primeras técnicas científicas de datación aplicadas a la arqueología, en torno a los inicios del siglo XX, la datación arqueológica dependía casi por completo de los métodos históricos, que aún hoy día todavía resultan de gran valor.
La datación relativa es una forma arbitraria de datación ya que no necesariamente es correcta. No nos da fechas exactas o aproximadas, solo nos da periodos de tiempo bastante amplios lo cual nos permite una ordenación temporal de los registros arqueológicos. Es una forma de inferencia deductiva que hace el arqueólogo.
Así por ejemplo, para los períodos romano y medieval europeo las monedas ofrecen una oportunidad inconfundible de datación, ya que suelen llevar el nombre del gobernante que las emitió, cuya cronología normalmente es conocida. Por otra parte, la fecha de la moneda indica el año en que se fabricó, de tal forma que su inclusión en un depósito sellado establece un término post quem, una fecha máxima anterior a la cual no puede ser el depósito. Para los andes, la cerámica es una de las principales fuentes de datación relativa. Así tenemos, por ejemplo, la cronología de la costa norte basada en estilos cerámicos o las 5 etapas Moche hecha en base a la forma de las vasijas y los cambios en el asa estribo. La datación relativa implica ordenar los depósitos arqueológicos o capas estratigráficas, los artefactos y las estructuras en secuencias, estableciendo cuál es primero y cuál va después.
Ahora veamos cuales son las principales técnicas de datación usados por los arqueólogos:
Estratigrafía
Estratigrafía
La estratigrafía es el estudio de la colocación o deposición de estratos o niveles superpuestos. Desde el punto de vista de la datación relativa, el principio fundamental es que el nivel inferior se depositó antes que el nivel superior y, por tanto, el primero es más antiguo. De esta forma, una sucesión de estratos proporcionaría una secuencia cronológica relativa, desde los más antiguos (abajo) a los más modernos (arriba).
Secuencias tipológicas
Imagen | Brown University. |
La forma de un artefacto —por ejemplo, una vasija— puede definirse por sus atributos específicos de material, forma y decoración. Varias vasijas con los mismos atributos constituyen un tipo; vasijas de diferentes tipos constituyen una secuencia tipológica. Hay dos conceptos que sirven de base para elaborar una datación relativa mediante la tipología:
En la primera, lo que determina la seriación es la duración de los distintos estilos artefactuales (forma y decoración). Y la segunda se apoya principalmente en la medición de los cambios en la abundancia, o frecuencia, proporcional de un estilo cerámico.
- Los productos de un período y lugar determinado tienen un estilo reconocible, característico de la sociedad que los creó.
- El cambio estilístico de los artefactos suele ser gradual y evolutivo.
La seriación permite ordenar los conjuntos artefactuales en una sucesión, u ordenación seriada, que luego se aplica para determinar su ordenación temporal. Se han utilizado dos versiones de esta técnica: la seriación contextual y la seriación de frecuencia.
Imagen | Egyptological. |
Julio Sánchez García
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