Desde que la ciencia tiene una influencia cada vez mayor en nuestra sociedad, el periodismo científico está llamado a ser una de las estrellas informativas de nuestros tiempos porque es el encargado de comunicar los descubrimientos que están cambiando la vida de las personas.
“El periodismo científico es un instrumento para la democracia, porque facilita a todos el conocimiento para poder opinar sobre los avances de la ciencia”, escribe el periodista científico español Manuel Calvo Hernando en un artículo para la revista Interciencia. Además, gracias al periodismo científico, los políticos adquieren un mejor criterio al momento de tomar decisiones en las graves cuestiones que el desarrollo científico y tecnológico nos plantea: el uso racional de los recursos naturales, el aprovechamiento no comercial de los resultados de la investigación privada, los problemas éticos y jurídicos que plantean el conocimiento del genoma humano, el uso de células madre embrionarias para la investigación, la clonación terapéutica, la terapia génica, los organismos genéticamente modificados, y tantas otras conquistas científicas y tecnológicas de nuestros tiempos.
No obstante, en nuestro país, los descubrimientos y avances tecnológicos obtenidos por nuestra comunidad científica casi nunca alcanzan la masividad suficiente como para influir en el criterio de las personas. Simplemente, no contamos con periodistas científicos para hacerlo.
Óscar Miró Quesada de la Guerra (Racso) nació un 30 de julio de 1884. Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, empezando en la Escuela de Medicina San Fernando, para luego pasarse a las disciplinas humanísticas y sociales. Fue abogado, filósofo, sociólogo, matemático e introdujo la criminología en el país.
Desde muy joven estuvo comprometido con la divulgación científica. A los 16 años (1900), publicó su primer artículo divulgativo en El Comercio llamado “El hipnotismo”. Precisamente este artículo colocaría a Racso como el pionero del periodismo científico mundial, desplazando a Waldemar Kaempffert, redactor del The New York Times, tradicionalmente considerado como el primer cronista científico allá por la década de 1920’s.
Uno de los momentos más memorables para el periodismo científico peruano se dio en 1939, cuando el propio Albert Einstein felicitó a Racso por sus artículos de divulgación publicados en El Comercio, a través de los cuales explicaba de manera sencilla las revolucionarias ideas sobre el tiempo, el espacio y el universo del sabio alemán. “Me he quedado verdaderamente sorprendido de que un diario ofrezca a sus lectores una exposición tan detallada y precisa de un tema científico”, escribió.
Edad oscura
Después de la muerte de Racso en 1981, el que tomó la posta fue el ingeniero Tomás Unger. Ingresó a El Comercio por invitación de Alejandro Miró Quesada para hacerse cargo de la página de ciencia y autos del diario, aunque ya desde años atrás trabajaba para otros medios tocando temas científicos de manera frecuente.
Sin embargo, actualmente estamos inmersos en una especie de ‘edad oscura’ del periodismo científico peruano. “Los editores o jefes de información persiguen historias conocidas o divulgadas por las agencias internacionales. Poco les interesa investigar o averiguar sobre la ciencia local”, comenta el periodista y editor de la revista digital Tinta Electrónica, Sandro Medina Tovar.
Para el biólogo y divulgador científico argentino Diego Golombek, el periodista científico no es un periodista cualquiera, necesariamente debe de tener una formación, por lo menos básica, en ciencias, que le permita detectar ciertos elementos en el discurso de un científico para poder elaborar su historia, usando todos los recursos que tenga a su alcance, sin perder el rigor.
Esto puede ser la principal causa del problema que atraviesa el periodismo científico peruano. A diferencia de Racso y Tomás Unger, personajes con amplios conocimientos en ciencia, nuestros periodistas actuales no los tienen. “El comunicador debe evolucionar de ser solo un divulgador científico a convertirse en un periodista científico”, anota el periodista y editor del blog Vida & Futuro Bruno Ortiz en un artículo de la revista Tinta Electrónica. “No solo debe comprender los procesos y la terminología de cada especialidad, para traducirlos en un mensaje que sea claramente entendible por el público en general, sino aplicar las herramientas periodísticas y encontrar la ‘pepa’ de la información para darle valor noticioso y explotarla de manera adecuada a fin de generar el interés”, añade.
¿Cómo resurgir?
Para el comunicador científico español Pere Estupinyà, el trabajo inicial siempre parte de los periodistas y medios. “Ellos son los que toman una primera iniciativa de crear secciones o espacios. Luego es cierto que la información científica se parece a las energías renovables: hasta que no sean rentables por ellas mismas deben ser apoyadas”, comenta.
Para lograr esto es importante que existan subvenciones a la comunicación científica tal como lo hace la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT) en el país ibérico. “La convocatoria anual de ayudas del FECYT han aportado muchísimo, sobre todo a que más personas —tanto comunicadores como científicos— tengan un primer apoyo para impulsar proyectos. Esto ha generado dos cosas: una muy buena cantera de comunicadores científicos y más interés en la sociedad”, recalca Estupinyà, quien a su vez sugiere que esto sea reproducido en el Perú.
Se debe tomar conciencia que el periodismo y la divulgación científica es la continuación de la ciencia por otros medios. Para concretarlos, deben crearse cursos de especialización y maestrías en periodismo científico, y animar a que los investigadores se interesen mucho más por la comunicación para que se conviertan en referentes para la sociedad.
Por otro lado, las universidades deben incentivar la divulgación como proyección social. “Hasta hoy en mi casa se siguen preguntando que es lo que hago realmente. Los científicos deberían darse un tiempito y hacer más exposiciones y ferias”, comenta el biólogo y redactor científico Pedro Romero.
El pasado 14 de diciembre, en el Auditorio del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), se relanzó la Red de Periodistas y Divulgadores Científicos del Perú del CONCYTEC. El primer paso fue la creación de un comité especializado conformado por la periodista Claudia Cisneros, editora del portal científico Sophimanía; Gustavo Durand, editor de Ciencia & Tecnología del diario La Primera; el Dr. Modesto Montoya, organizador de los Encuentros Científicos Internacionales de verano e invierno; Dennis Dávila, responsable de la red y editor del portal Ciencias.pe, entre otros; con el fin de desarrollar los lineamientos por los cuales se direccionará el futuro del periodismo científico en el país. “Hay un respaldo del CONCYTEC y buscaremos desarrollar cursos especializados y gestionar becas para periodistas científicos”, manifestó Dennis Dávila.
El panorama del periodismo científico en el país es mucho más prometedor en estos días. Los espacios dedicados a tocar temas científicos para el público general son más amplios. El Comercio cuenta con una página diaria dedicada a la ciencia y tecnología. El Diario La Primera trae un suplemento semanal dedicado principalmente a la ciencia local. Sophimanía nos mantiene al tanto de la actualidad científica mundial. El Dr. Modesto Montoya, a través de su programa radial Encuentro con la ciencia, invita a diferentes personajes para hablar acerca de los temas coyunturales dentro del ámbito científico y tecnológico del Perú.
Sin embargo, aún no le damos la importancia que se merece a las investigaciones que se desarrollan en nuestro país. La mayoría de las notas sobre ciencia que aparecen en los medios de comunicación locales son rebotes de agencias internacionales o descubrimientos que se dan en otros países y que son publicados en Science o Nature. Pienso que la forma de solucionar este problema es promover la amistad, por así decirlo, entre los investigadores y los periodistas.
Un investigador fácilmente puede escribir un resumen sobre los trabajos que viene realizando, tal vez un avance o los resultados finales, y mandarlos a la oficina de relaciones públicas de su institución para que sea publicado a través de su web o enviado a los periódicos como una nota de prensa. Por otro lado, los periodistas deben salir a buscar la noticia dentro de las universidades y centros de investigación, entablar comunicación con científicos, profesores universitarios y estudiantes de pre y posgrado, para estar al tanto de cualquier avance científico o tecnológico que se de en nuestro territorio.
Conclusiones
Como podemos ver, el Perú tiene una rica historia en el periodismo científico, pero que se ha visto opacada en los últimos años por la falta de interés de los medios de comunicación por difundir las investigaciones científicas que se llevan a cabo dentro del país. El problema es la falta de profesionales capacitados para realizar esta labor. Sin embargo, el panorama está cambiando, muchos periodistas e investigadores están desarrollando pequeños proyectos de comunicación de la ciencia, que poco a poco se están convirtiendo en una fuerza, pero que requieren de un trabajo coordinado para obtener frutos más adelante.
Agradecimientos especiales a Pere Estupinyà, Sandro Medina Tovar, Pedro Romero, José Carlos Maguiña, Shirley Andrade, Dennis Dávila y Edmat Serrano por su tiempo para responder las preguntas que me permitieron elaborar esta pequeña nota.
Genial nota! Gracias !! Especialmente la historia del Periodismo Científico en el país.
ResponderBorrarDe acuerdo con el fondo de la nota, no tanto con lo que planteas al final. No se deben difundir resultados de investigación que no hayan pasado por revisión por pares, por lo que no es cuestión de buscar en los centros de investigación o investigadores las notas, el orden debería ser buscar las revistas científicas peruanas o generar alertas en bases de datos cuando se publica un artículo sobre Perú o con peruanos y a partir de ello buscar a los investigadores.
ResponderBorrarSaludos
Tienes mucha razón Percy. No lo quise decir en ese sentido. Es importantísimo que el estudio sea publicado en una revista arbitrada, muchos cientificos lo hacen pero solo se conforman con eso. Deben divulgarlos para el público en general. Por otro lado, mostrar al público en lo que están trabajando, claro que sin lanzar ninguna conclusión prrecipitada a menos que tengan resultados publicados en revistas esecializadas o reproducidos en otro lugar.
BorrarA veces esperar que el artículo sea publicado para recien buscar al científico crea una desventaja para el periodista que busca una noticia inédita o novedosa porque la mayoria de los medios extranjeros tienen acceso a esos estudios antes de su publicacion, gracias a la famosa politica del "embargo" de muchas revistas. Esto fue lo que ocurrio con la publicacion del genoma de la papa. La primera nota peruana aparecio dos dias después de su publicacion en Nature, cuando digamos que ya no era una novedad.
Un investigador sabe cuando han aceptado su manuscrito. Puede elaborar una nota o informar a un periodista de ello para que tenga tiempo de preparar la historia y, cuando el artículo finalmente sea publicado, liberar la noticia. De esta manera evitaríamos los rebotes de agencias extranjeras cuando una investigación haya sido hecha en el Perú. Por otro lado, sería interesante si las revistas cientificas peruana también aplicaran la politica del embargo para sus articulos más sobresalientes.
Un saludo.
Excelente nota!
ResponderBorrarLa web http://cienciaperu.tv/
es un intento de ser un canal cientifico online peruano. No solo se recojen videos de diversos eventos cientificos en el Perú si no que también se trasnmiten en vivo tanto El encuentro cientifico internacional como el programa Encuentro con la Ciencia los domingos a las 10 am (hora de Lima)
Si Myra, en general las páginas que administra Montoya son para enterarse del acontecer científico nacional, sumando con la parte política que no puede estar ajena de esta discusión.
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