Hace unos 10 años, había un programa educativo que se transmitía en la televisión de señal abierta (Frecuencia Latina - Canal 2). Un programa muy entretenido —sobre todo para los más chicos— en el cual se realizaban experimentos divertidos con el fin de explicar los diferentes conceptos que un escolar veía en sus clases de ciencias, pero de una manera mucho más divertida. El programa llamado Mad Science era parte de una franquicia canadiense y durante los años que se transmitió en señal abierta, ganó algunos premios nacionales e internacionales como mejor programa infantil. Su presentador, el Sr. Ricardo Morán.
Desde entonces, la televisión de señal abierta nacional no ha tenido un programa educativo que motive a los niños a interesarse por la ciencia. Por lo menos, no que yo recuerde. A mí, por ejemplo, me marcó un programa de este tipo cuando era niño (en los años 1990's). Se llamaba el Mundo de Beakman y lo transmitían en el canal 5 (Panamericana Televisión). Hasta ahora no veo un programa como este, muy divertido (hasta ahora me causa mucha gracia cuando lo veo) y, realmente, bastante educativo. Es esta la forma como se motiva a los niños a interesarse por la ciencia. Motivándoles a que observen y experimenten con todo lo que tienen a su alrededor para descubrir la realidad.
Realmente, eran otras épocas. Recuerdo que el canal del estado (TV Perú - Canal 7), tenía programas educativos todos los días entre las tres y cinco de la tarde: 1, 2, 3 Matemáticas (con Nico y Tap), ¿Puedo hacerlo yo? (con Nopo y Gonta) y el famoso teatro de marionetas japonés. Ahora, TV Perú se ha vuelto un canal, digamos, "más comercial". Todos los canales de señal abierta se "han puesto de acuerdo" para que a la hora de mayor audiencia por parte de los niños y jóvenes (entre las 6 de la tarde y las 8 de noche), pasen a unos tarados (perdonen la expresión, pero personas que digan que un archipiélago es un un animal, que El Quijote de la Mancha lo escribió César Vallejo, y otras estupideces más, no tienen otro nombre) en ropa de baño exponiendo sus vidas personales, peleando por estupideces y distorsionando el desarrollo sexual de los niños, todo para aumentar su ráting y ganar a la competencia. Pero, por más que nos duela aceptarlo, estos programas venden, tienen niveles de audiencia muy altos que son muy atractivos para cualquier auspiciador. Y la televisión lo que busca es precisamente eso. Es una empresa como cualquiera que busca por todos los medios aumentar sus ganancias.
Y cuando uno cree que ya está todo perdido, un canal de señal abierta nos sorprende lanzando su apuesta por un programa educativo. En un horario muy adecuado para los niños: sábados a las 9:00 de la mañana. El programa se llama Experimentores y es producido por Rayo en la Botella, la productora de Ricardo Morán.
El programa es muy similar a lo que fue Mad Science. Se podría decir que es como un remake pero mucho más elaborado: mejor escenografía, más dinámico, hay slow-motion y está en HD, todo conforme a la televisión actual. Y lo más importante, ¡dura una hora!
El primer capítulo realmente me gustó. A pesar que yo no soy el público objetivo, me entretuve mucho en la hora que duró. Los experimentos muy ilustrativos para explicar conceptos muy generales como la Primera Ley de Newton (la inercia), la tensión superficial (se hicieron obras de arte con leche, un poco de colorantes de cocina y jabón líquido), las ilusiones ópticas (nuestros ojos ven pero nuestro cerebro interpreta la realidad para facilitarnos las cosas), el famoso Efecto Stroop, las propiedades de los gases y los cambios de fase (divertidos experimentos con hielo seco).
Aunque sí, debo confesar, que me aburrí en los cinco minutos que duró la entrevista a Natalia Málaga, casi al final del episodio. Si a mí me aburrió, me imagino que a un niño habrá sido peor. Como es un programa infantil, los invitados deben ser elegidos con más cuidado. Personas a las cuales ellos más identifiquen. Tal vez si hubiera sido Natalia Malamala, la cosa sería diferente. Fuera de eso, el programa estuvo genial. Pregunté a unos amigos que más o menos son mi generación y con profesiones ajenas a la ciencia, y me comentan que también les pareció bueno el programa, como para verlo durante el desayuno.
Espero que el programa haya sido un éxito, que tenga buena sintonía porque finalmente eso le permite a un programa mantenerse en el aire. Yo estoy seguro que los niños disfrutarán mucho de él y que les despertará el interés por la ciencia.
Y antes de terminar esta breve reseña, felicitar sinceramente al Sr. Ricardo Morán por apostar por actividades que difunden la ciencia y el conocimiento en el país, no solo a través de este programa de televisión, sino otras iniciativas como traer el Túnel de la Ciencia —uno de los referentes mundiales en la difusión del conocimiento— al Perú. El evento fue todo un éxito: unos 100.000 visitantes en los tres meses de exposición (más de 1000 visitantes por día).
Desde entonces, la televisión de señal abierta nacional no ha tenido un programa educativo que motive a los niños a interesarse por la ciencia. Por lo menos, no que yo recuerde. A mí, por ejemplo, me marcó un programa de este tipo cuando era niño (en los años 1990's). Se llamaba el Mundo de Beakman y lo transmitían en el canal 5 (Panamericana Televisión). Hasta ahora no veo un programa como este, muy divertido (hasta ahora me causa mucha gracia cuando lo veo) y, realmente, bastante educativo. Es esta la forma como se motiva a los niños a interesarse por la ciencia. Motivándoles a que observen y experimenten con todo lo que tienen a su alrededor para descubrir la realidad.
Realmente, eran otras épocas. Recuerdo que el canal del estado (TV Perú - Canal 7), tenía programas educativos todos los días entre las tres y cinco de la tarde: 1, 2, 3 Matemáticas (con Nico y Tap), ¿Puedo hacerlo yo? (con Nopo y Gonta) y el famoso teatro de marionetas japonés. Ahora, TV Perú se ha vuelto un canal, digamos, "más comercial". Todos los canales de señal abierta se "han puesto de acuerdo" para que a la hora de mayor audiencia por parte de los niños y jóvenes (entre las 6 de la tarde y las 8 de noche), pasen a unos tarados (perdonen la expresión, pero personas que digan que un archipiélago es un un animal, que El Quijote de la Mancha lo escribió César Vallejo, y otras estupideces más, no tienen otro nombre) en ropa de baño exponiendo sus vidas personales, peleando por estupideces y distorsionando el desarrollo sexual de los niños, todo para aumentar su ráting y ganar a la competencia. Pero, por más que nos duela aceptarlo, estos programas venden, tienen niveles de audiencia muy altos que son muy atractivos para cualquier auspiciador. Y la televisión lo que busca es precisamente eso. Es una empresa como cualquiera que busca por todos los medios aumentar sus ganancias.
Y cuando uno cree que ya está todo perdido, un canal de señal abierta nos sorprende lanzando su apuesta por un programa educativo. En un horario muy adecuado para los niños: sábados a las 9:00 de la mañana. El programa se llama Experimentores y es producido por Rayo en la Botella, la productora de Ricardo Morán.
El programa es muy similar a lo que fue Mad Science. Se podría decir que es como un remake pero mucho más elaborado: mejor escenografía, más dinámico, hay slow-motion y está en HD, todo conforme a la televisión actual. Y lo más importante, ¡dura una hora!
El primer capítulo realmente me gustó. A pesar que yo no soy el público objetivo, me entretuve mucho en la hora que duró. Los experimentos muy ilustrativos para explicar conceptos muy generales como la Primera Ley de Newton (la inercia), la tensión superficial (se hicieron obras de arte con leche, un poco de colorantes de cocina y jabón líquido), las ilusiones ópticas (nuestros ojos ven pero nuestro cerebro interpreta la realidad para facilitarnos las cosas), el famoso Efecto Stroop, las propiedades de los gases y los cambios de fase (divertidos experimentos con hielo seco).
Aunque sí, debo confesar, que me aburrí en los cinco minutos que duró la entrevista a Natalia Málaga, casi al final del episodio. Si a mí me aburrió, me imagino que a un niño habrá sido peor. Como es un programa infantil, los invitados deben ser elegidos con más cuidado. Personas a las cuales ellos más identifiquen. Tal vez si hubiera sido Natalia Malamala, la cosa sería diferente. Fuera de eso, el programa estuvo genial. Pregunté a unos amigos que más o menos son mi generación y con profesiones ajenas a la ciencia, y me comentan que también les pareció bueno el programa, como para verlo durante el desayuno.
Espero que el programa haya sido un éxito, que tenga buena sintonía porque finalmente eso le permite a un programa mantenerse en el aire. Yo estoy seguro que los niños disfrutarán mucho de él y que les despertará el interés por la ciencia.
Y antes de terminar esta breve reseña, felicitar sinceramente al Sr. Ricardo Morán por apostar por actividades que difunden la ciencia y el conocimiento en el país, no solo a través de este programa de televisión, sino otras iniciativas como traer el Túnel de la Ciencia —uno de los referentes mundiales en la difusión del conocimiento— al Perú. El evento fue todo un éxito: unos 100.000 visitantes en los tres meses de exposición (más de 1000 visitantes por día).
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