10 septiembre, 2010

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El sistema inmunológico de las bacterias

No sólo los organismos superiores (plantas y animales) sufren de enfermedades como producto de infecciones virales; las bacterias también pueden llegar a sucumbir ante la infección de ciertos virus, que en su caso son llamados bacteriófagos, o simplemente, fagos. Sin embargo, los organismos superiores contamos con mecanismos de defensa realizados por células especializadas que responden ante la presencia de un agente infeccioso, reconociéndolo y eliminándolo. A este mecanismo de defensa se le llama una respuesta inmune.

Las bacterias cuentan con otro tipo de estrategias para responder ante una infección por fagos. Una de ellas es mediante la glicosilación o metilación de su ADN para diferenciarlo del ADN de un fago y así poder degradarlo usando sus enzimas de restricción. Sin embargo, muchos fagos han adquirido la capacidad de glicosilar y metilar su ADN evitando así ser degradado por las enzimas de la bacteria.

Hace dos años se descubrió un nuevo sistema de defensa por parte de las bacterias en respuesta a los fagos, que por sus características, es un análogo al sistema inmune de los organismos superiores. Este sistema se llama CRISPR (agrupación de pequeñas regiones palindrómicas regularmente espaciadas). [Leer aquel artículo para entender el funcionamiento de CRISPR].

En términos sencillos, este mecanismo de inmunidad se basa en la producción de pequeñas secuencias de ARN que se complementan con secuencias específicas del ADN de los fagos, de esta manera “silencian” o interfieren los genes necesarios para la invasión y propagación del fago.

Pero, tal como mencionó en aquel artículo, se conocía muy poco sobre su funcionamiento, hasta el día de hoy que fue publicado en Science la estructura y función de la proteína responsable de este mecanismo, una endoribonucleasa; la cual procesa el ARN precursor largo, cortándolo en pequeñas unidades de ARN que silencian los genes del fago.

 

El trabajo fue realizado por investigadores de la UC Berkeley, usando a la bacteria Pseudomona aeruginosa. Esta bacteria posee seis genes que codifican para las proteínas Cas (Proteínas asociadas a CRISPR) flanqueadas por dos regiones CRISPR. Las regiones CRISPR se caracterizan por tener repeticiones casi idénticas de 28 nucleótidos (hexágonos negros en la figura) separadas por espaciadores de ~32nt (rectángulos celestes). Para saber cual de estas seis proteínas Cas (Cas1, Cas3, Csy1, Csy2, Csy3, Csy4) era la responsable de la actividad endoribonucleasa, los investigadores hicieron pruebas bioquímicas con cada una de ellas, identificando que era Cys4 la que tenía esta actividad. Además, esta endoribonucleasa Cys4 es altamente específica, ya que cuando fue transferida y expresada en E. coli no funcionó.

CRISPR_locus

Los investigadores demostraron que Cys4 necesita de la formación del pequeño loop (horquilla, la estructura que parece un chupón en la figura superior) para hacer el corte. Como podemos ver en la figura, Cys4 requiere necesariamente a 16 de los 28 nucleótidos (del 5 al 21). Fue así que usaron este complejo mínimo (Cys4 y la secuencia de 16nt) para cristalizarlo y determinar la estructura de la proteína endoribonucleasa y su interacción con el ARN. Esta parte del trabajo fue realizado en el laboratorio de Fuente de Luz Avanzada de Berkeley que permitió obtener una resolución de la proteína de 1.8 Angstrom (1 Angstrom es igual a la diezmillonésima parte de un milímetro! o 10-10 metros)

Ahora maravíllense con esta imagen en 3D y modelada por computadora de la Cys4 junto al ARN. La horquilla que se forma en el ARN (figura de arriba) se aprecia claramente en la estructura 3D (figura de abajo, color naranja).

Cys4_RNA

Como se puede ver en la figura, Cys4 reconoce la formación de la horquilla y corta inmediatamente después de ella, entre la Guanina-20 (G20) y la Citosina-21 (C21). Muchos se preguntarán como hace una enzima para “cortar” una molécula. La respuesta es que todos estos procesos no son más que re-acomodamientos de los electrones, y por lo tanto, de los enlaces entre los átomos a través de ataques nucleofílicos. Lo que hace una enzima es generar un entorno donde los enlaces altamente estables de una molécula se desestabilicen por la presencia de otros grupos funcionales, de esta manera, los enlaces de esta molécula se romperán y reacomodarán de tal forma que los nuevos enlaces formados serán más estables, dentro de ese entorno.

De esta manera se completó el entendimiento de como se procesa el ARN precursor en moléculas de ARN más cortas capaces de silenciar los genes de fagos intrusos. Lo que hace parecer a este mecanismo con un sistema inmune es que estas pequeñas secuencias CRISPR se adaptan a nuevos intrusos a través de mutaciones y se almacenan y transfieren a sus descendientes para que tengan inmunidad contra fagos que ya infectaron a la bacteria anteriormente.

Este estudio es importante ya que en los organismos superiores es común ver la presencia de ARNs de interferencia (ARNi), los cuales pueden silenciar muchos genes. El procesamiento del ARN precursor largo a pequeños fragmentos de ARNi y microARNs se da gracias a otra endoribonucleasa llamada DICER (también lo vimos en un artículo anterior). La manera como evolucionaron estos dos mecanismos de procesamiento del ARN en dos líneas evolutivas diferentes nos puede dar claves de la importancia del ARN en el desarrollo de la vida como hoy la conocemos y apoyarían la teoría de que todo se originó a partir de un mundo de ARN.

Referencia:

ResearchBlogging.orgHaurwitz, R., Jinek, M., Wiedenheft, B., Zhou, K., & Doudna, J. (2010). Sequence- and Structure-Specific RNA Processing by a CRISPR Endonuclease Science, 329 (5997), 1355-1358 DOI: 10.1126/science.1192272

09 septiembre, 2010

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Mycoplasma: genoma simple pero estrategia de infección compleja

Micoplasma es el grupo de bacterias con uno de los genomas más pequeño de todos los organismos vivos, el cual llega a medir un poco más de 500 000 pares de base (500Kb) – de E. coli mide ~4800Kb –, por eso son considerados como los organismos vivos más simples con capacidad de auto-replicarse. Fue gracias a esta característica que Craig Venter lo usó para crear su primer organismo vivo controlado por un genoma sintetizado de forma artificial.

Sin embargo, a pesar de su tamaño y simplicidad, es un patógeno importante en mamíferos, plantas y humanos. Debido al pequeño tamaño de su genoma, posee pocos genes que codificarán para pocas proteínas y enzimas, por esta razón, se vale de su célula hospedera para poder vivir, aprovechando de sus nutrientes, aminoácidos y moléculas señalizadoras, convirtiéndose así en un parásito intracelular.

Entonces, ¿como hace un organismo tan simple para ser tan virulento y patogénico? La clave de su éxito es que puede cambiar constantemente la estructura de sus lipoproteínas de la superficie de su membrana celular, la cual esta envuelta directamente en el reconocimiento por parte del sistema inmunológico. Esta misma estrategia es usada por ciertos virus, pero la diferencia radica en que Mycoplasma no hace una mutación propiamente dicha, sino, se vale de una enzima llamada recombinasa, codificada por el gen Xer1, para reordenar la secuencia del gen vpma, el cual codifica para las lipoproteínas de membrana. Los investigadores de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena hicieron este descubrimiento en la especie Mycoplasma agalactiae, un importante patógeno causante de la enfermedad agalaxia, que ataca principalmente a ovejas y cabras.

Demostraron que este gen estaba envuelto en la virulencia de M. agalactiae cuando diseñaron sepas de esta especie carentes del gen de la recombinasa Xer1. Cuando el Mycoplasma no tenía la recombinasa, solo se expresaba un tipo de VPMA (proteína variable de Mycoplasma agalactiae) y el microorganismo se volvía susceptible al ataque por parte del sistema inmunológico del animal.

Esta región vpma se caracteriza por tener varios sitios de reconocimiento para la recombinasa Xer1 conocidos como sitios de recombinación. Los sitios de recombinación (RS) son secuencias de ADN específicas, distanciadas una de otra, donde la enzima corta el ADN y saca esa porción del gen entre las dos RS para introducir otra secuencia en él. A este tipo de recombinación se llama recombinación homóloga y se da principalmente en la Meiosis (el famoso crossing-over). Sin embargo, lo que hace M. agalactiae no es sacar esta región y cambiarla por otra, sino, invertirla.

¿Y donde se encuentran estas regiones RS? Los investigadores encontraron los sitios de recombinación en una región del gen vpma cerca al extremo 5’ que no se llega a ser traducida a proteína (5’UTR). En esta región encontraron una secuencia de 21 nucleótidos altamente conservados en todos los genes vpma, los cuales fueron identificados como los sitios de recombinación. Además, los sitios de recombinación estaban flanqueados por secuencias de nucleótidos que mejoraban la actividad de la recombinasa Xer1 aunque su presencia no era necesaria para que se de la inversión.

Como sugiere este estudio, otras especies de Mycoplasma también pueden tener esta misma estrategia para infectar los tejidos y no ser detectados por el sistema inmunológico del animal. Las especies de Mycoplasma a parte de ser patógenos importantes de muchos animales ganaderos, también son amenazas a la salud de las personas. M. pneumoniae es uno de los principales causantes de las neumonías en personas con el sistema inmunológico comprometido (pacientes de VIH, pacientes de cánceres que están bajo una quimioterapia, pacientes con enfermedades autoinmunes, etc.) y es uno de los patógenos más comunes en las infecciones intrahospitalarias. M. genitalium es uno de los patógenos más comunes en las enfermedades de transmisión sexual, causante de infecciones como la uretritis no gonocócica en el hombre y cervicitis en la mujer.

Como no tiene pared celular no se ve afectada por antibióticos como la penicilina u otros antibióticos beta lactámicos. Además, por ser parásitos intracelulares, son más difíciles de eliminar sin causar daño a la célula hospedera de los tejidos epiteliales. Una buena estrategia sería diseñar fármacos que ataquen o inhiban a la recombinasa Xer1, de esta manera, el sistema inmunológico le podría hacer frente con mayor facilidad.

Referencia:

ResearchBlogging.orgCzurda, S., Jechlinger, W., Rosengarten, R., & Chopra-Dewasthaly, R. (2010). Xer1-Mediated Site-Specific DNA Inversions and Excisions in Mycoplasma agalactiae Journal of Bacteriology, 192 (17), 4462-4473 DOI: 10.1128/JB.01537-09

Imagen: © Vetmeduni Vienna/Stefan Czurda 

08 septiembre, 2010

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Vota por las mejores microfotografías del mundo natural

El año pasado ya habíamos hecho un artículo sobre este concurso organizado anualmente por la compañía Nikon (Nikon Small World), este año cumple su 36ava edición y para esto tu puedes participar del evento votando por tus fotos favoritas, simplemente son espectaculares…

Son 120 imágenes que están concursando, muy difícil de clasificarlas pero un placer verlas una por una. Esta imagen es de una Bryozoa con un amento de 20 veces. Pero esta que pondré a continuación me pareció una de las mejores… es una célula HeLa (célula epitelial) en plena Telofase.

La que sigue también me llamó mucho la atención, es una diatomea ya extinta, aumentado 1440 veces con falsos colores mediante microscopia de contraste de interferencia…

Y para terminar… un embrión de equinodermo a punto de hacer su segunda división celular…

Simplemente, las 120 fotos son espectaculares…voten por sus favoritas en la siguiente dirección:

http://www.nikonsmallworld.com/vote

06 septiembre, 2010

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Hombre vs chimpancé… ¿quién tiene la mejor memoria a corto plazo?

Cuando vi este video – un poco antiguo por cierto – me quedé h*%*#n perplejo, así que inmediatamente me puse a buscar el artículo científico el cual fue publicado en la revista Current Biology en el año 2007.

 

Como pueden ver en este video – y según la descripción del artículo – el experimento era bastante simple, se tomó a tres chimpancés madres con sus hijos y se les enseñó a reconocer los números del 1 al 9. Una de las madres, Ai, fue la primera en aprender a contar objetos reales. Luego, en el 2004, cuando los chimpancés hijos alcanzaron la edad de 4 años se les enseñó la secuencia de los números (1, 2, 3, …, 8, 9) los cuales debían ser seleccionados en orden, en una pantalla táctil donde los números aparecían en diferentes lugares; y finalmente, para complicar un poco la cosa, les pusieron los números incompletos (2, 3, 5, 8, 9) pero igual debían aprender a determinar el orden. Uno de los chimpancés llamado Ayumu, el hijo de Ai, fue el mejor de todos y con él se procedió a la siguiente parte del estudio.

Ahora se pretendía determinar la memoria a corto plazo de los chimpancés, para ello se puso los 9 números en diferentes partes de la pantalla por un cortísimo periodo de tiempo (650, 430 y 210 milisegundos), luego los números fueron reemplazados por bloques cuadrados una vez el chimpancé presionaba el número 1. Sorprendentemente, y a pesar de sólo ver la disposición de los números por 210 milisegundos, los chimpancés recordaban exactamente donde estaban ubicados los otros 8! en casi el 80% de las veces, comparado con casi 40% del hombre (Ver figura).

ayumu

Obviamente, como en toda investigación científica controversial, hubo críticas al trabajo. La principal fue que las personas contra las que compitió Ayumu no estaban preparadas para este tipo de ejercicio. Un artículo publicado en el 2009 demuestra que si las personas reciben el mismo entrenamiento memorístico que recibió Ayumu, pueden alcanzar su nivel de memoria a corto plazo.

Bueno aún así me parece sorprendente la capacidad de retener esa cantidad de información en tan corto tiempo, yo ni siquiera me acuerdo donde estaba el número dos.

Referencia:

Inoue, S. & Matsuzaka, T., (2007). Working memory of numerals in chimpanzees. Current Biology 17 No. 23:R1004-5 doi:10.1016/j.cub.2007.10.027

05 septiembre, 2010

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Listeria y su estrategia para causar una infección alimentaria

Las bacterias cada día me sorprenden más. Ayer ya habíamos hablado de una estrategia para contrarrestar el efecto de los antibióticos a través de la liberación de indol – una proteína señalizadora envuelta en la tolerancia al estrés – por parte de unos pocos mutantes resistentes, para proteger a toda la población que son menos resistentes. Ahora, el profesor Colin Hill presentó un trabajo a la Sociedad para la Microbiología General (SGM) que explicaría porque en ciertos casos nos da una intoxicación alimentaria y en otros no.

Siempre tenemos un cierto miedo a comer en la vía pública porque el ambiente no es el más higiénico de todos y la comida podría estar mal preparada, descompuesta o llena de microorganismos perjudiciales. Si la comida está llena de microbios perjudiciales, la acidez del estómago y las enzimas presentes en él pueden matarlos fácilmente; sin embargo, los restos del microorganismo muerto pueden ser tóxicos para nosotros (endotoxinas bacterianas). Otras bacterias pueden sobrevivir a estas condiciones del medio generando compuestos que neutralicen los ácidos, tal como hace Helicobacter pylori, el principal responsable de la gastritis crónica.

El profesor Hill observó que Listeria, uno de los patógenos más virulentos en las infecciones por vía alimentaria, puede contrarrestar el efecto del medio ácido del estómago usando los ingredientes del mismo alimento, sobreviviendo y causando infecciones, muchas veces fatales. ¿Cómo es su estrategia?

Dependiendo del tipo de alimento, la concentración de aminoácidos es variable. Uno de ellos es el glutamato – presente en altas concentraciones en los quesos y productos derivados del tomate – el cual puede ser usado por Listeria para neutralizar los ácidos del estómago, ayudándole a sobrevivir para luego pasar a los intestinos y causar una grave listeriosis.

El glutamato también es muy usado en la industria de alimentos (les aseguro que si ven la información nutricional del producto que han comprado casi todos tienen glutamato monosódico como aditivo ya que es usado como potenciador del sabor). Por ejemplo; el AJI-NO-MOTO®, que es usado como sazonador, no es más que glutamato monosódico.

Según explica el profesor Hill, si una persona come un producto rico en glutamato (quesos, embutidos, etc.) contaminado con Listeria, tendrá más probabilidades de contraer una listeriosis que otra persona que consumió otro producto, igualmente contaminado, pero con baja cantidad de glutamato. Esto explicaría porque a veces un alimento nos puede “caer mal” mientras que otras veces no, a pesar que los dos fueron preparados en el mismo lugar, con las mismas condiciones de higiene. La causa podría ser la cantidad de glutamato que está presente en él.

Si bien este estudio fue hecho en Europa, donde los casos de listeriosis se han incrementado en los últimos años, sería bueno hacer un estudio similar en nuestro país, de repente otros microorganismos patógenos pueden haber adquirido esta estrategia, o tal vez, otros ingredientes de los alimentos pueden ser usados con este mismo propósito.

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10 buenas razones para no cumplir con el tratamiento del glaucoma

El glaucoma es una enfermedad que aqueja a más de 65 millones de personas en el mundo y el tratamiento más usado se basa en el uso de colirios, que vienen en frasquitos para aplicarlo en los ojos en forma de gotitas. Todos sabemos lo molestoso y difícil que es aplicarse las gotitas al ojo, aquí las 10 razones principales…

04 septiembre, 2010

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Microbios altruistas

La adquisición de resistencia a diferentes antibióticos por parte de muchos microorganismos patógenos es algo muy conocido por todos nosotros. Tal como en una carrera armamentista, mientras que los científicos desarrollan antibióticos más potentes y efectivos, los microorganismos desarrollan mecanismos de resistencia que contrarrestan sus efectos. Sin embargo, los estudios realizados para determinar las causas de la resistencia se han enfocado principalmente a nivel genético (mutaciones), mas no sobre las interacciones que pueden haber entre los microorganismos de una determinada población.

El Dr. Henry Lee y sus colaboradores del Howard Hughes Medical Institute hicieron un interesante estudio y demostraron que los microorganismos actúan de manera colectiva para resistir al efecto de los antibióticos. Lo que hizo Lee et al. fue coger una cepa de E. coli silvestre y cultivarla por 10 días en un medio suplementado con un antibiótico – la Norfloxacina – a una concentración que inhiba el 60% de su crecimiento. A esta concentración le llamaron MIC (concentración mínima inhibitoria). Cada día, los investigadores determinaban el MIC de la población y ajustaban la concentración del antibiótico a este valor.

A parte de eso, los investigadores cada día tomaban 12 muestras del cultivo y analizaban su MIC individualmente y observaron que en casi todos los aislamientos su MIC era menor al MIC de la población en el cultivo, pero, sorprendentemente aislaron un mutante que tenía un MIC superior al MIC poblacional. En otras palabras, de las 120 muestras tomadas en los 10 días, 119 tenían un MIC igual o menor al MIC de la población en el cultivo primario y sólo un aislamiento tuvo un MIC mucho mayor a este (ver Figura).

HRI

La falta de aislamientos de mutantes con un MIC superior al MIC poblacional del cultivo indica que su abundancia en el medio es mínima y los investigadores especulan que son estos pocos mutantes con alto MIC los que benefician a los numerosos individuos con un MIC bajo, por esta razón, las muestras obtenidas del cultivo principal casi siempre tenían un MIC bajo. Pero, que tienen de diferentes los mutantes que tienen un alto MIC con los que tienen un bajo MIC.

HRI1 Para determinar esto, los investigadores purificaron todas las proteínas presentes en el medio de cultivo del mutante con un alto MIC; luego, mediante una electroforesis las separaron y observaron que una de ellas estaba presente en una alta concentración (ver figura). Para los que no están familiarizados con esta técnica aquí va la explicación:

El medio de cultivo donde crecen los mutantes con un MIC alto es líquido, así que la proteína responsable de su alta resistencia al antibiótico estará disuelta en ella. Pero, no será esta proteína la única disuelta sino muchas más que el microorganismo produce normalmente. Así que para separar cada una de las proteínas disueltas en el medio se hace una técnica llamada electroforesis. Se prepara un gel (parecido a una gelatina), que si lo vemos al microscopio veremos que es como una red. Ponemos un volumen del líquido donde están disueltas mis proteínas en la parte superior y con una corriente eléctrica hacemos que bajen por el gel hacia la parte inferior. Las proteínas más chiquitas pasarán con mayor facilidad por la red, mientras que las más grandes quedarán atrapadas en la parte superior, de esta manera separamos cada una de las proteínas en función a su peso (kDa). Más pesadas… más grandes!

Como vemos en la figura, hay una bandita bien pronunciada (c10,12). Esa bandita fue extraída del gel, luego purificada y finalmente analizada por un espectrómetro de masas. Con esta herramienta se determinó que esta banda correspondía a la proteína TnaA. Para comprobar si en verdad era esta proteína diseñaron un mutante donde esta proteína está ausente y repitieron el experimento (c10,12 ∆tnaA), como se ve en la figura, esa misma banda ya no aparece al igual que en los mutantes con un MIC bajo (c10,6).

Pero, a que proteína corresponde la TnaA? La TnaA es una enzima, la triptofanasa, la cual rompe el triptófano en amonio, purivato e indol. Entonces, uno de estos tres componentes debe ser el responsable del incremento del MIC en estas bacterias. El indol es una importante molécula señalizadora envuelta en la tolerancia al estrés en E. coli. Lo que proponen los autores es que el indol producido en grandes cantidades por los mutantes con alto MIC protege a los individuos con bajo MIC. Usando un HPLC (una cromatografía de alta presión) cuantificaron cuanto indol producían tanto los mutantes con alto MIC y bajo MIC con y sin antibiótico. Sin antibiótico ambos producían la misma cantidad de indol, pero con antibiótico, los debajo MIC ya no lo hacían mientras que los de alto MIC no se veían afectados.

Entonces, si el indol es el responsable de aumentar el MIC de los mutantes, lo más lógico es que si le agregamos indol de manera artificial a los mutantes de bajo MIC lograremos que resistan concentraciones más altas de antibiótico. Los investigadores realizaron este experimento y añadieron indol al mutante de MIC bajo consiguiendo que aumente su MIC, tal como lo habían predicho. además, probaron este mismo experimento usando otro antibiótico, la Gentamicina, y encontraron los mismos resultados que con la Norfloxacina.

Finalmente el modelo queda así:

indole

Este estudio nos da nuevas claves de como se desarrolla la resistencia en los microorganismos patógenos. Muchos pensaban que las mutaciones que otorgaban resistencia a un microorganismo eran adquiridos por todos los individuos de una población, ya sea de manera directa o por transferencia horizontal de genes (los genes de resistencia pasan de un individuo a otro por conjugación o transformación genética), pero hemos visto que sólo son algunos individuos quienes adquieren esta mutación y de manera altruista protegen a los más débiles ofreciéndoles moléculas protectoras y otro tipo de señales químicas que les permiten resistir a los antibióticos.

Este estudio debe ser tomado en cuenta por los desarrolladores de antibióticos para tratar de cambiar las estrategias para combatir a los microorganismos patógenos, reformulando las dosis, la prescripción y el tiempo de duración del tratamiento, a fin de evitar que este tipo de estrategia de resistencia perjudique a los pacientes. Sería bueno poner como aditivos a los agentes terapéuticos compuestos que capturen o degraden estas moléculas señalizadoras a fin de evitar que estos microbios “altruistas”  hagan de las suyas.

Referencia:

ResearchBlogging.orgLee. HH, Molla. MN, Cantor. CR, & Collins. JJ (2010). Bacterial charity work leads to population-wide resistance Nature, 467, 82-85 DOI: 10.1038/nature09354