Lo sé, es una pregunta controversial. Es cierto que hay muchos grandes científicos y descubridores que tenían fuertes convicciones religiosas, por ejemplo: Isaac Newton, padre de la mecánica clásica e inventor del cálculo; Gregor Mendel, descubridor de la herencia genética; y, Francis Collins, quien dirigió el Proyecto del Genoma Humano. No obstante, cuando hablamos en promedio, las cosas cambian.
Varios estudios han encontrado que la creencia en un dios (religiosidad) se correlaciona inversamente con la inteligencia, y de acuerdo con una reciente investigación publicado en Frontiers of Psychology, las personas no religiosas realizan mejor las tareas cognitivas que las religiosas.
Para llegar a esta conclusión, Richard E. Daws y Adam Hampshire del Imperial College de Londres, hicieron una encuesta en línea a más de 63.000 personas, quienes debían completar un conjunto de 12 tareas cognitivas en 30 minutos. Esta prueba tenía por objetivo medir la planificación, el razonamiento, la atención y la memoria de trabajo de los participantes y compararlos entre ateos y creyentes.
Los investigadores encontraron que las personas religiosas obtenían en promedio entre 2 y 4 puntos menos de cociente intelectual (CI) que las personas no religiosas, tal como lo habían puesto de manifiesto estudios anteriores a gran escala. Adicionalmente, cuando compararon los CI de ateos y creyentes más dogmáticos, la diferencia alcanzaba los 6,45 puntos. Los agnósticos, por su parte, tendían a ubicarse entre los ateos y los creyentes en todas las tareas evaluadas.
Por ejemplo, en la prueba de Stroop, donde los participantes debían decir de qué color era la palabra impresa lo más rápido posible, les iba peor a las personas religiosas, porque la intuición y la lógica entran en conficto, venciendo la primera.
Para ser sinceros, estos resultados no indican que las personas religiosas sean menos inteligentes que las no religiosas, sino que a las primeras no les va bien con los test de inteligencia, posiblemente, porque tienden a confiar más en su intuición. Es decir, podrían ser comparativamente peores solo en tareas en las que la intuición y la lógica entren en conflicto, y esto podría explicar los resultados más bajos en la prueba de cociente intelectual.
"Los fallos de razonamiento surgirían cuando los procesos intuitivos rápidos no son contrarrestados por los procesos lógicos lentos", comenta Juan Ignacio Perez en un artículo para el Cuaderno de Cultura Científica. Por ello, las diferencias en la calidad del razonamiento serían relativas a la capacidad y estilo cognitivo de los individuos, no a su inteligencia.
En conclusión, las creencias religiosas predisponen a las personas a depender más de la intuición en la toma de decisiones. Además, cuanto más fuerte es su creencia, más pronunciado es el impacto.
Fuente | The British Psychological Society.
Varios estudios han encontrado que la creencia en un dios (religiosidad) se correlaciona inversamente con la inteligencia, y de acuerdo con una reciente investigación publicado en Frontiers of Psychology, las personas no religiosas realizan mejor las tareas cognitivas que las religiosas.
Para llegar a esta conclusión, Richard E. Daws y Adam Hampshire del Imperial College de Londres, hicieron una encuesta en línea a más de 63.000 personas, quienes debían completar un conjunto de 12 tareas cognitivas en 30 minutos. Esta prueba tenía por objetivo medir la planificación, el razonamiento, la atención y la memoria de trabajo de los participantes y compararlos entre ateos y creyentes.
Celeste: razonamiento, Naranja: memoria de trabajo, Rojo: razonamiento verbal, Gris: promedio. Daws & Hampshire (2018).
Los investigadores encontraron que las personas religiosas obtenían en promedio entre 2 y 4 puntos menos de cociente intelectual (CI) que las personas no religiosas, tal como lo habían puesto de manifiesto estudios anteriores a gran escala. Adicionalmente, cuando compararon los CI de ateos y creyentes más dogmáticos, la diferencia alcanzaba los 6,45 puntos. Los agnósticos, por su parte, tendían a ubicarse entre los ateos y los creyentes en todas las tareas evaluadas.
Por ejemplo, en la prueba de Stroop, donde los participantes debían decir de qué color era la palabra impresa lo más rápido posible, les iba peor a las personas religiosas, porque la intuición y la lógica entran en conficto, venciendo la primera.
Efecto Stroop. Di el color de cada palabra y no lo que está escrito.
Para ser sinceros, estos resultados no indican que las personas religiosas sean menos inteligentes que las no religiosas, sino que a las primeras no les va bien con los test de inteligencia, posiblemente, porque tienden a confiar más en su intuición. Es decir, podrían ser comparativamente peores solo en tareas en las que la intuición y la lógica entren en conflicto, y esto podría explicar los resultados más bajos en la prueba de cociente intelectual.
"Los fallos de razonamiento surgirían cuando los procesos intuitivos rápidos no son contrarrestados por los procesos lógicos lentos", comenta Juan Ignacio Perez en un artículo para el Cuaderno de Cultura Científica. Por ello, las diferencias en la calidad del razonamiento serían relativas a la capacidad y estilo cognitivo de los individuos, no a su inteligencia.
En conclusión, las creencias religiosas predisponen a las personas a depender más de la intuición en la toma de decisiones. Además, cuanto más fuerte es su creencia, más pronunciado es el impacto.
Fuente | The British Psychological Society.
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