Los tucanes ostentan picos enormes y vistosos. Yo pensaba que era producto de la selección sexual, es decir, mejoraba sus chances de conseguir a una buena tucana con quien aparearse y heredar sus genes a la siguiente generación. Sin embargo, habían investigadores que creían que los enormes picos eran un horrible vestigio de algún ancestro primitivo. Pero la verdadera razón era otra según concluye un estudio publicado en Science.
Los animales nos podemos catergorizar en dos tipos: los homeotermos (o endotermos) y los poiquilotermos (o ectotermos). Los homeotermos (aves y mamíferos) somos capaces de mantener una temperatura corporal constante (en nuestro caso 37ºC). Cualquier desvío abrupto podría generarnos problemas. Mientras que los poiquilotermos (reptiles) suelen tomar largas horas de sol para calentar su cuerpo y permitir que su metabolismo funcione correctamente.
Los seres humanos, por ejemplo, para mantener una temperatura constante sudamos o quemamos nuestras reservas de grasa, dependiendo de si hace mucho calor o frío en el entorno. Los perros, por su parte, mantienen sus lenguas afuera y jadean para refrescarse. Los elefantes usan sus grande orejas para ventilar la sangre que por ahí pasa. ¿Será acaso que los tucanes tienen ese gran tamaño de pico también para regular su temperatura interna?
Para dar respuesta a esta pregunta, un grupo de investigadores brasileros usaron cámaras termográficas, las cuales detectan los rayos infrarrojos que emana un objeto, para observar el patrón de distribución de calor del pico del tucán sometido a diferentes temperaturas.
Los resultados mostraron que, cuando hacía mucho calor (Figura C, D, F y H), el tucán libera su sangre al pico para que se refresque. La peculiaridad de esta zona es que está altamente vascularizada, es decir, la sangre fluye a lo largo de una red de vasos y capilares, incrementando su área superficial (como en la oreja de los elefantes), para así poder liberar el calor de manera más eficiente. Por otro lado, cuando hacía frío (Figura E y G), el tucán comprimía los vasos y capilares de su pico para que la sangre no ingrese y así pueda conservar el calor y mantenerse tibio.
Y no solo eso. Dependiendo de la sensación térmica, la velocidad del viento o del flujo sanguíneo, el tucán puede llegar a perder entre el 5% y el 100% del exceso de calor de su organismo.
Es asombroso poder descubrir la verdadera función del gran tamaño del pico de los tucanes, tal vez más sorpresas descubramos al investigar a fondo el cuello largo de las jirafas o las plumas vistosas del pavo real, uno nunca sabe las maravillas que podríamos llegar a descubrir en el mundo natural.
Referencia:
Tattersall, G.J., Andrade, D.V. & Abe, A.S. Heat Exchange from the Toucan Bill Reveals a Controllable Vascular Thermal Radiator. Science 325 (5939): 468-470
DOI: 10.1126/science.1175553
[Entrada publicada originalmente el 23 de julio de 2009]
31 enero, 2018
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