30 enero, 2018

El investigador que troleó a una revista 'depredadora'

En marzo de 2017, John H. McCool recibió una invitación de la revista Urology & Nephrology Open Access Journal para publicar un artículo. Esto le pareció muy extraño ya que él no es médico ni mucho menos urólogo. McCool es historiador pero se desempeña como editor científico en el Centro Oncológico Anderson MD de la Universidad de Texas, por ello sospechó que la invitación venía de una revista “depredadora”.

[Para saber qué es una revista depredadora lee mi último post en Expresión Genética de El Comercio].

El historiador decidió trolear a la revista enviando un reporte de caso de una enfermedad falsa, la “uromicitisis“, inspirado en un capítulo de Seinfeld, su serie favorita.

“Escribí mi artículo como el Dr. Martin van Nostrand, otro personaje de Seinfeld, y enumeré más nombres inspirados en el programa como falsos coautores. Incluí referencias falsas a artículos escritos por artistas como Costanza y Pennypacker. Hice una cuenta de correo electrónico para el Dr. van Nostrand y creé una institución falsa donde todos trabajaban: el Instituto de Investigación Urológica Arthur Vandelay. Hasta agradecí a médicos falsos”, relata McCool.

McCool comenta que, media hora después de haber enviado su artículo, un representante de la revista le escribió para decir que éste había sido enviado para la revisión por pares. Tres días después, fue aceptado pero antes de ser publicado debía hacer unas pequeñas correcciones y, lo más importante, pagar una tarifa “nominal” de $799, más impuestos. McCool no hizo el pago (no estaba dispuesto a hacerlo) pero aún así su artículo ya estaba publicado:


Pero la historia no termina ahí. Dos semanas después, el “Dr. van Nostrand” recibió un correo del editor de la revista en la que le pedían que aclare si realmente el estudio era falso y se basaba en una serie de televisión, pues habían sido alertados de esto. Si no lo hacía, el artículo sería retirado. A lo que McCool respondió: “Mi intención era exponer la completa falta de integridad científica de su revista y su inexistente proceso de revisión por pares, haciendo que publique un informe de un caso inventado basado en un episodio de una popular comedia estadounidense, para someterlo a burlas despiadadas… Creo que tuve éxito en todos los aspectos”.

Fuente | Precision Scientific Editing.

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