¿Qué relación puede tener volverse entomófagos con el calentamiento global? Un interesante estudio publicado en la revista PLoS ONE revela que los insectos pueden ser una forma alternativa de producir proteína animal de manera amigable con el ambiente, ya que las cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) generados por kilogramo de biomasa, son mucho menores a los generados por las fuentes tradicionales de carne: las reses o los chanchos.
Los principales gases de efecto invernadero son: el CO2, el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O); siendo los dos últimos los más potentes, ya que su efecto invernadero es 25 y 298 veces superior al CO2, respectivamente. La cantidad de GEI generado por la ganadería asciende al 18% del total de GEI de origen antropogénico; del cual el 9% corresponde a CO2 (producción de fertilizantes para los cultivares destinados a su alimentación, energía requerida para mantener la granja, transporte, procesamiento de la carne, etc.), del 35 – 40% al CH4 (generado por las bacterias que habitan en los intestinos de las reses y el estiércol producido), y el 65% al N2O (generado por la transformación bacteriana del NH3 y urea presente en el estiércol y la orina).
No se considera el CO2 generado en la respiración del ganado porque ese CO2 fue asimilado del ambiente por las plantas que le sirvieron de alimento. Ese CO2 completa su ciclo.
Estos animales, por ser endotermos (de sangre caliente), requieren grandes cantidades de energía para poder mantener su temperatura corporal. Es por esta razón que el alimento consumido por el animal no es destinado únicamente a su crecimiento. En cambio los insectos, al ser poiquilotermos, no usan su metabolismo para mantener su temperatura corporal, así que todo el alimento consumido lo destinarán para crecer y reproducirse. De esta manera, kilo por kilo, los insectos generarían menor cantidad de GEI.
Fue así que Oonincx et al. decidieron comparar la eficiencia de conversión del alimento analizando la cantidad de GEI generados por cantidad biomasa producida de cinco insectos: el gusano de la harina (Tenebrio molitor), los grillos (Acheta domesticusi), el saltamontes o langostas (Locusta migratoria), el escarabajo de las flores (Pachnoda marginata) y la cucaracha argentina (Blaptica dubia); con respecto al ganado porcino y vacuno.
De los cinco insectos analizados, cuatro de ellos mostraron resultados bastante alentadores. En ellos, la cantidad de GEI generados fue menor con respecto al ganado porcino y llegó a alcanzar sólo el 1% generado por los rumiantes. Lo mismo ocurrió con los niveles de NH3.
Este estudio sugiere que los insectos podrían ser una fuente de alternativa de alimento ambientalmente amigable en función a las emisiones de GEI y el NH3. Además, muchos estudios demuestran las bondades alimenticias de los insectos, y por si fuera poco, se estima que hay al menos 1,400 especies de insectos que son usados como alimento en distintas partes del mundo.
Sin embargo, es bastante difícil que nos convirtamos de la noche a la mañana en entomófagos, si hasta el mismo Bear Grylls sufre al comer insectos, a pesar de hacerlo muy a menudo, imagínense lo que sería para nosotros. Aunque si estos insectos son procesados de tal manera que tengan una apariencia y sabor bastante agradables, no estaríamos lejos de cambiar nuestros hábitos alimenticios. Tal vez podría ser usada como una buena estrategia para combatir la desnutrición en muchas regiones del mundo. Así que este pequeño estudio puede ser bastante alentador y motivará a que se investigue si a gran escala estos valores se pueden mantener, ya que no es lo mismo analizarlo en un laboratorio, con todo controlado, que en una granja de producción.
Referencia:
Oonincx, D., van Itterbeeck, J., Heetkamp, M., van den Brand, H., van Loon, J., & van Huis, A. (2010). An Exploration on Greenhouse Gas and Ammonia Production by Insect Species Suitable for Animal or Human Consumption PLoS ONE, 5 (12) DOI: 10.1371/journal.pone.0014445
¡Por qué no se los comen ellos! al rato van a querer que nos comamos los parásitos, viruses, bacterias infecciosas.
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