Tal vez este es el estudio que demuestra por qué los que hacen su “plaje” salen mejor en los exámenes que los que estudian a conciencia. Claro, muchos dirán que salen mejor porque hacen trampa y usan sus plajes durante el examen. Pero, se han visto casos —y tal vez les ha pasado a algunos— en que uno logra aprender lo que ha escrito en ese pequeño papelito de autoayuda que ya no lo llegan a utilizar durante el examen.
Para los no conocedores: En Perú y algunos países de Latinoamérica, “Plajear” es uno verbo que no esta definido por la RAE pero que deriva del verbo Plagiar.
Plajear suele ser el acto de copiar durante un examen, ya sea de otra persona o de alguna superficie sólida que sirve como soporte para la escritura de fórmulas, teorías, conceptos o definiciones. Entre las superficies sólidas más comunes tenemos: las hojas de papel de tamaños reducidos, el reverso de las calculadoras, las paredes, el antebrazo, etc.
Plajero, es la persona que plajea.
Un par de científicos de la Universidad de Purdue, demostraron que aquellos estudiantes que se tomaron unos minutos para hacer un mapa conceptual o escribir un pequeño ensayo de lo que habían leído, una semana después, rindieron un mejor examen. Los resultados de esta investigación fueron publicados ayer en la versión online de Science.
Los participantes fueron 200 estudiantes de diferentes colegios a los cuales se les dividió en cuatro grupos. A cada grupo se le pidió que usaran una estrategia diferente de estudio. Las estrategias eran: el estudio simple (leer el artículo una vez), el estudio repetitivo (leer el artículo repetidas veces), hacer un mapa conceptual después de leer el artículo, y escribir un pequeño ensayo sobre el artículo que acababan de leer.
Los últimos fueron los que obtuvieron los mejores resultados, tanto en los exámenes con preguntas concretas o literales, como en los exámenes con preguntas para pensar o inferir. Sin embargo, en los exámenes que tenían preguntas metacognitivas, los que hicieron el estudio repetitivo fueron los que mejor salieron.
Entonces, los plajeros, de alguna manera y sin darse cuenta están aprendiendo a través de la práctica de la recuperación de la memoria. O sea, estudiar no significa meter los conocimientos al cerebro (tampoco en un papel de 10x10cm), sino tener la capacidad de recuperar esos conocimientos en el momento oportuno. Para ello, cuando uno estudia, es bueno escribir todo lo que recuerde y centrarse en eso, dejando a un lado el libro y los cuadernos por un momento.
Esta práctica ejercita al cerebro para que recuerde y recupere lo leído minutos antes, y cuando escribimos lo aprendido, estamos haciendo una especie de retroalimentación (feedback), que favorece el aprendizaje. Pero, ¿por qué es mejor escribir que hacer un mapa conceptual? No se sabe, tal vez la síntesis que uno busca al elaborar un mapa conceptual hace que se pierda los conectores claves para darle sentido a la idea que intentamos plasmar, y por eso tendemos a olvidarlo más fácilmente.
Así que si quieren salir bien en sus próximos exámenes, estudien, hagan su plaje y escriban sus miedos minutos antes del examen. Y si no recuerdan alguna fórmula o concepto, usen su plaje. Pero sólo en casos de emergencia.
Referencia:
Jeffrey D. Karpicke & Janell R. Blunt. Retrieval Practice Produces More Learning than Elaborative Studying with Concept Mapping. Science. DOI: 10.1126/science.1199327. Published Online 20 January 2011.
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