A los virólogos, cuando les hablan del Ébola, tal vez se les ponga la piel de gallina, y no es para menos, ya que es considerado por los expertos como el virus más letal de todos, capaz de producir una fiebre hemorrágica tan violenta que puede matar hasta el 90% de los infectados. Por otro lado, no existe tratamiento ni vacuna alguna contra el Ébola, aunque se viene trabajando en ello. Tal es su peligrosidad, que pocos laboratorios en el mundo cuentan con instalaciones adecuadas para manipularlo (Laboratorios con Nivel de Bioseguridad 4).
El Ébola pertenece al grupo de los Filovirus, el cual está compuesto por dos géneros: los Ebolavirus (EBOVs) y los Marburgvirus (MARVs). Todos los Filovirus pueden infectar a los primates incluyendo a los humanos —con excepción del Ébola-Reston (REBOV), que al parecer sólo infecta a monos. El contagio se da por simple contacto directo con fluidos corporales de los infectados y puede ser transmitido de monos a humanos.
El principal reservorio y vector de los Filovirus son los murciélagos frugívoros, los cuales se creían que estaban restringidos sólo al continente africano. Sin embargo, en el año 2002 se observó una extraña muerte masiva de colonias de un murciélago insectívoro llamado Miniopterus schreibersii, cuyo hábitat natural son las cuevas de la península ibérica. En el año 2009 se descubrió que la causa de la muerte era la infección por un virus que parecía estar muy relacionado a los EBOVs africanos. Ahora, en un estudio publicado en PLoS Pathogens, un grupo de investigadores españoles del Centro Nacional de Microbiología del Instituto Carlos III han reportado que dicho virus corresponde a un nuevo tipo de Filovirus, genéticamente distinto a los EBOVs y MARVs, siendo el primer Filovirus endémico detectado en Europa.
Cuando ocurrió la muerte masiva de murciélagos en el año 2002, los investigadores se dirigieron a la cueva del Lloviu en Asturias (España) para recolectar distintos tipos de muestras con el fin de determinar las causas de este suceso. A simple vista no parecía haber algo extraño en los murciélagos, pero cuando analizaron sus órganos internos bajo el microscopio se llevaron la sorpresa que sus tejidos pulmonares estaban llenos de linfocitos y macrófagos, síntoma característico de un tipo de neumonía viral [Figura de portada]. Los investigadores hicieron una prueba genética llamada PCR para poder identificar al virus responsable de la infección llevándose una gran sorpresa cuando la prueba para los Filovirus salió positiva.
Al secuenciar y comparar este pequeño fragmento de ADN obtenido gracias a la PCR con las secuencias de otros Filovirus, encontraron una alta similaridad (>70%) con los del Virus del Ébola de Zaire (ZEBOV). Sin embargo, esta similaridad se debe a que el fragmento de ADN obtenido por PCR corresponde a una secuencia altamente conservada en los Filovirus.
Para determinar la similaridad real, los investigadores secuenciaron todo el genoma del virus, el cual se trataba de una hebra simple de ARN de 19,000 bases (19Kb) compuesta por siete genes. El estudio reveló que este nuevo Filovirus, al que llamaron virus de Lloviu (LLOV), presentaba características distintivas con respecto a otros Filovirus, sobre todo en la secuencia promotora única de sus genes. La inclusión de LLOV al árbol evolutivo de los Filovirus permitió calcular la época en la cual aparecieron los primeros Filovirus —hace unos 150,000 años. Por otro lado, los EBOVs y los MARVs se separaron hace unos 70,000 años y los EBOVs y los LLOVs hace unos 7,500 años [Aquí me parece que hay un error en el artículo, el cual me he tomado la atribución de corregir para escribir este post. En el artículo las fechas están invertidas, siendo primero la divergencia entre LLOVs y EBOVs, cuando en los árboles filogenéticos y en la comparación de las secuencias genéticas vemos que esto no es así. Espero estar en lo correcto].
Si bien aún no se tiene un entendimiento profundo de la forma cómo pasan los Filovirus de los murciélagos a los primates, se ha reportado que en el último brote de ZEBOV en la República Democrática del Congo hubo un contacto entre los infectados y los murciélagos. Los EBOVs y los MARVs son asintomáticos cuando infectan a los murciélagos africanos, en cambio los LLOVs fueron encontrados en las colonias de M. schreibersii muertas. Esto no quiere decir que hay una relación causal entre ellos porque en los murciélagos saludables y en murciélagos de otras especies que cohabitan con M. schreibersii, no se encontró presencia de LLOVs en sus tejidos.
Por otro lado, la distribución geográfica de los murciélagos portadores de los EBOVs, MARVs y LLOVs no llegan a superponerse —los dos primeros se distribuyen en la región sub-Sahariana y las Filipinas, mientras que los últimos se distribuyen en la península ibérica. Estos datos sugieren que los LLOVs no han sido importados de África, sino que podrían ser endémicos de Europa.
Los resultados muestran que los Filovirus y los mamíferos han co-evolucionado por miles de años y su distribución geográfica es más amplia de lo que se creía. Por esta razón, los investigadores sugieren que se hagan más estudios enfocados en la diversidad y distribución de los Filovirus con el fin de determinar si podría haber algún tipo riesgo para los humanos ya que los Filovirus tienen una gran facilidad para infectar a los primates.
Referencia:
Negredo, A., Palacios, G., Vázquez-Morón, S., González, F., Dopazo, H., Molero, F., Juste, J., Quetglas, J., Savji, N., de la Cruz Martínez, M., Herrera, J., Pizarro, M., Hutchison, S., Echevarría, J., Lipkin, W., & Tenorio, A. (2011). Discovery of an Ebolavirus-Like Filovirus in Europe PLoS Pathogens, 7 (10) DOI: 10.1371/journal.ppat.1002304
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