Hoy se publicó en New Scientist una interesante entrevista a Françoise Barbira Freedman, una antropóloga médica de la Universidad de Cambridge que vivió muchos años junto a los pobladores de Lamas, una comunidad nativa de la selva peruana, en el departamento de San Martín. Un día Françoise sufrió de fuertes dolores molares y los pobladores la trataron con una planta que le alivió el dolor rápidamente. Ahora, ella llevará este poderoso analgésico a las masas.
Aquí una traducción libre de dicha entrevista:
¿Qué te llevó a la comunidad quechua de Lamas en la remota Amazonía peruana?
Yo estaba fascinada por conocer acerca de las poblaciones andinas que viven en los bosques ubicados entre 200 y 800 metros de altura, donde hay una gran diversidad de flora medicinal. Los Chachapoyas que solían vivir allí intercambiaban sus plantas medicinales y psicotrópicas, resinas y plumas coloridas con los Incas. Estaba interesada en saber más acerca de los pobladores que allí viven, quienes han preservado su cultura y su conocimiento tradicional de las plantas —de manera secreta, bajo tierra— a pesar de los siglos de contacto con el mundo moderno. Esto nunca había sido estudiado antes.
¿Por qué esta tribu secreta te aceptó a ti cuando ya había rechazado a otros antropólogos?
Fui allí en 1974, cuando era una joven de 22 años, y pienso que ellos me veían como a una niña igual a sus propias hijas, y no como a una mujer. Fui adoptada por un clan y viví inicialmente con ellos por dos años, aprendiendo su dialecto quechua amazónico durante ese tiempo. En los últimos 30 años he regresado muchas veces a vivir con ellos y ahora soy un miembro del consejo de ancianos. Cuando estuve embarazada, me presentaron toda la gama de plantas medicinales ocultas y el conocimiento tradicional que ellos practicaban. Tuve acceso a ella casi sin darme cuenta. El clan me salvó la vida más de una vez con sus plantas medicinales.
Cuéntame acerca de la “hierba de los dientes”, Acmella oleracea
Es una hierba frondosa, con flores amarillas que crece sobre la tierra removida. Es nativa de esta parte del Perú, y el capullo de la flor y otras partes de la planta han sido utilizadas como una cura para el dolor de muelas durante cientos de años.
¿Cómo hiciste para producirla como un fármaco para el mercado mundial?
Cuando vivía en el clan, sufrí terriblemente por mi muela del juicio. Entonces, uno de los pobladores me dio un pequeño taco de la hierba de los dientes para morderla. Era muy eficaz para calmar el dolor, con una duración de una hora antes de necesitar otro taco fresco. Traje esta planta a la Universidad de Cambridge en el 2004, junto a otras hierbas medicinales, para un colega neurofarmacólogo interesado en estudiarlas. Esta es la primera vez que se ha probado y ha funcionado bien como anestésico en los dos primeros ensayos clínicos realizados.
¿Los Lamas verán algún beneficio del nuevo fármaco si éste sale al mercado, según lo previsto, en el 2014?
Hemos invertido dos años trabajando con los abogados para elaborar un contrato —aprendiendo de los mejores aspectos de otras compañías farmacéuticas— para asegurar que los pobladores Amazónicos se beneficien de un porcentaje de las ganancias con iniciativas de conservación y educación. Estamos distribuyendo el dinero a través de Organismos No Gubernamentales locales (ONGs) de larga trayectoria y confianza. Hasta el momento hemos creado un hermoso jardín medicinal para conservar las plantas utilizadas en la salud de la mujer. También queremos construir un centro de formación para enseñar a la comunidad las habilidades de producción de remedios y medicinas que yo he aprendido, pero que la nueva generación lo ha perdido.
Vía | New Scientist.
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