Las HDL (Lipoproteías de Alta Definición Densidad) son las encargadas de transportar el colesterol desde los tejidos del cuerpo hacia el hígado. Además, gracias a los resultados obtenidos por Yvan-Charvet et al., se han encontrado nuevos roles para la HDL: pueden protegernos de la aterosclerosis y regular la proliferación de las células madre en la médula ósea que podría traer como consecuencias una leucocitosis.
Para que no se pierdan, de manera sencilla, en la médula ósea se encuentran las células madre hematopoyéticas (CMH), las cuales generan todas las células de la sangre por: linfocitos, eritrocitos, monocitos, granulocitos y plaquetas; gracias a que son pluripotentes. Además, estas células madre tienen la capacidad de dividirse constantemente, aún mientras se están diferenciando, pero una vez adquirida su forma final dejan de hacerlo. Algún tipo de falla en estas células puede acarrear graves problemas. Por ejemplo, si leucocitos inmaduros – en pleno proceso de diferenciación – empiezan a proliferarse de manera descontrolada llegando a invadir nuestra sangre. Uno de los linajes de estas CMH son los progenitores de granulocitos/monocitos, que gracias a determinados factores de crecimiento se transforman en neutrófilos.
Estos factores de crecimientos son percibidos por una serie de receptores de membrana, ensamblándose en grupitos ricos en glicoproteínas y colesterol para promover el funcionamiento del receptor. Las señales son usadas para que las células se dividan, diferencien y migren. Pero, el exceso de colesterol puede causar estragos en la célula, por eso contamos con mecanismos como los transportadores ABC (Casetes de Unión a ATP) de membrana que remueven el exceso de colesterol hacia las partículas de HDL en la superficie externa de las células. Que pasaría si no existieran los transportadores ABC?
Yvan-Charvet et al. estudio ratones mutantes que carecían de los genes Abca1 y Abcg1, los cuales codifican para dos transportadores ABC: ABCA1 y ABCG1, los cuales transportan el colesterol hacia la apolipoproteína A1 y HDL, respectivamente. Los investigadores observaron que en estos ratones había un incremento en el número de neutrófilos y monocitos en la sangre, causando una leucocitosis, así como un incremento en células madre hematopoyéticas. Los investigadores creen que, el colesterol al no ser eliminado de la célula, aumenta la sensibilidad de las proteínas receptoras a factores de crecimiento como la Interleucina-3 y el factor estimulante de colonias de granulocitos y monocitos (GM-CSF), ya que como explicamos anteriormente, las bolsitas de colesterol en las membranas celulares promueven el funcionamiento de los receptores de membrana.
Estos transportadores ABC son ampliamente expresados en las células hematopoyéticas, esto con el fin de mantener un equilibrio entre la concentración de colesterol en las membranas y la sensibilidad de las moléculas receptoras de señales. Pero, los investigadores observaron que los ratones mutantes, a pesar de no tener transportadores ABC, podían exportar el colesterol hacía las HDL, tal vez a través de un mecanismo de transporte alternativo desconocido. Sin embargo, lo importante de este estudio es la función que cumplen las HDL como aceptores de colesterol, evitando que se agrupen en las membranas celulares estimulando la sensibilidad de las células a los factores de crecimiento.
Las neoplasias mieloproliferativas son una grave amenaza a la salud, ya pueden acarrear graves enfermedades como la leucemia mieloide crónica, mielofibrosis primaria, policitemia vera, entre otras; pero podrían ser controladas aumentando la concentración de HDLs para modular la concentración de colesterol en las células y la sensibilidad a los factores de crecimiento. También podría ser una buena estrategia tratamientos para promover la exportación de colesterol.
Referencia:
Yvan-Charvet, L., Pagler, T., Gautier, E., Avagyan, S., Siry, R., Han, S., Welch, C., Wang, N., Randolph, G., Snoeck, H., & Tall, A. (2010). ATP-Binding Cassette Transporters and HDL Suppress Hematopoietic Stem Cell Proliferation Science, 328 (5986), 1689-1693 DOI: 10.1126/science.1189731
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