Vamos a jugar… Encuentren 7 diferencias entre estas dos imágenes…
Todos conocen el caso de la falsa coral o “serpiente rey escarlata” (Lampropeltis elapsoides), una serpiente inofensiva y cobarde que imita los colores de la súper venenosa serpiente de coral (Micrurus fulvius) para poder salvar su vida. Sin embargo, para un buen ojo, su disfraz no es de los mejores ya que el color amarillo es más grueso que en una coral original y, además, la disposición de sus colores no es la misma, ya que en las corales es el amarillo y no el negro quien flanquea a los otros dos colores.
Pero, a pesar de ser una imitación no muy precisa, ¿como han podido seguir vigentes y no sucumbir ante la selección natural? Un artículo que será publicado en la revista The American Naturalist lo explica. La principal pregunta que salta a la vista es que si son los colores de la falsa coral, y no la disposición o el tamaño los que disuaden a coyotes, osos y águilas, sus principales depredadores.
Fue así que para comprobar esto, los biólogos David Kikuchi y David Pfennig de la Universidad de Carolina del Norte llevaron a cabo un interesante experimento en campo. Ellos diseñaron modelos de falsas corarles en arcilla y variaron el tamaño y disposición de los colores para ver hasta que punto los depredadores eran engañados.
Cuando recogieron los modelos en arcilla, observaron que las que tenían la banda amarilla más ancha que las negras y rojas, estaban llenas de arañazos y mordiscos. De alguna forma, los depredadores si pueden distinguir entre una coral verdadera y una falsa, concluyendo que no es suficiente tener los mismos colores para engañarlos. La banda amarilla es la más angosta en una coral verdadera, y los depredadores pueden distinguir ese detalle. Pero, tal como las falsas corarles lo han demostrado, basta con que la banda amarilla sea mas delgada que las otras para poderlos engañar.
Sin embargo, otra interesante observación que hicieron fue que, en aquellos lugares donde eran más abundantes las serpientes de coral, las imitaciones debían ser más precisas, o sea, las bandas amarillas debían ser un poco más angostas.
Es por esta razón que, a pesar de no ser buenas imitaciones, se han mantenido vigentes ya que han evolucionado sólo aquellas señales necesarias como para disuadir a sus depredadores, y dependerá de su poder discriminativo y las habilidades cognitivas del depredador.
Vía Science Now.
The American Naturalist. doi: 10.1086/657041
Soy GUILLERMO GOMERO ROJAS y me encanto este tema muy interesante vamos a darle mas empeño
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