Tal vez no lo sepas, pero tenemos 10 bacterias por cada célula de nuestro cuerpo. Esto indicaría que nuestro microbioma —el genoma de nuestra microbiota— es mucho más grande que nuestro propio genoma, o sea, tenemos más genes bacterianos que humanos. Entonces, no sería raro pensar que nuestra microbiota podría ejercer algún tipo de influencia sobre nuestra fisiología y el desarrollo de ciertos tipos de enfermedades.
En estudios realizados en ratones, se ha observado que la flora intestinal tiene un efecto significativo sobre el desarrollo del cerebro y el comportamiento. Un estudio más reciente demostró que una bacteria muy usada en los yogures pro-bióticos —Lactobacillus rhamnosus— reducía la ansiedad y el estrés en ratones que recibieron suplementos alimenticios ricos en esta bacteria, gracias a que modulaban la expresión de los receptores de un neurotransmisor conocido como GABA.
Por otro lado, se cree que la flora intestinal también influye en el desarrollo de ciertas enfermedades como el Crohn o la obesidad. Se llegaron a estas conclusiones cuando analizaron y compararon la microbiota intestinal de ratones sanos y ratones obesos. Los patrones de bacterias presentes en cada uno eran diferentes. Sin embargo queda la duda de si es esta diferencia la causa o la consecuencia de estas enfermedades.
Pero, ¿nuestra microbiota dependerá de nuestra dieta?. Hasta ahora no hay una respuesta concluyente a esta pregunta. La flora intestinal forma parte de un ecosistema sumamente complejo que a su vez se encuentra en equilibrio. Hay estudios que muestran una relación entre la dieta y la flora intestinal, mientras que otros no. En abril, un grupo de investigadores del EMBL dividieron a la población humana en tres enterotipos. Cada enterotipo mostraba un patrón distintivo de tres géneros de bacterias: Bacteroides, Ruminococcus y Prevotella.
Al parecer el enterotipo de una persona no cambia a lo largo de su vida. Pero ¿de qué depende cada enterotipo?. Un nuevo estudio publicado en Science muestra que los patrones de dieta de una persona influye en el tipo de bacterias que habitan su tracto digestivo.
Lo que hicieron el Dr. Gary Wu y sus colaboradores fue reclutar a un grupo de voluntarios sanos a los cuales se les tomó una muestra de heces para analizar la composición de su microbiota intestinal mediante un análisis genético. Además, cada uno de los 98 voluntarios llenó un cuestionario acerca de sus hábitos alimenticios. Los participantes fueron agrupados en base a la cantidad de bacterias correspondientes a los tres géneros mencionados anteriormente.
Al relacionar los enterotipos con los hábitos alimenticios de los participantes, Wu et al. encontraron que aquellas personas que consumían muchas carnes y grasas animales (grasas saturadas) tenían una mayor cantidad de Bacteroides en su microbiota intestinal; los Ruminococcus eran prevalentes en las personas que consumían grandes cantidades de alcohol y grasas poliinsaturadas y las Prevotella eran abundantes en las personas que tenían dietas ricas en carbohidratos.
Entonces, ¿se puede cambiar el enterotipo de las personas cambiando las dietas?. Para responder a esta pregunta, Wu y sus colaboradores reclutaron a otros 10 voluntarios internados en un hospital a los cuales les cambiaron las dietas: a una mitad les dieron dietas ricas en grasas y a la otra mitad le dieron dietas ricas en carbohidratos. Cuando se analizó la microbiota de estas personas se observó que había un ligero cambio en la composición microbiana de su flora intestinal. Sin embargo, el enterotipo se mantuvo en los 10 días que duró el experimento. Esto indicaría que los enterotipos dependen de los hábitos alimenticios a largo plazo de las personas.
Por otro lado, con estos resultados se confirma el estudio hecho por los investigadores del EMBL —tal como los antígenos de nuestra sangre nos divide en grupos sanguíneos (ABO), la microbiota intestinal nos divide en enterotipos. Sin embargo, no se termina de entender el efecto que podría tener la dieta en la composición bacteriana de nuestra flora intestinal y como ésta influye sobre nuestra fisiología.
Referencia:
Gary D. Wu, Jun Chen, Christian Hoffmann, Kyle Bittinger, Ying-Yu Chen, Sue A. Keilbaugh, Meenakshi Bewtra, Dan Knights, William A. Walters, Rob Knight, Rohini Sinha, Erin Gilroy, Kernika Gupta, Robert Baldassano, Lisa Nessel, Hongzhe Li, Frederic D. Bushman, and James D. Lewis. Linking Long-Term Dietary Patterns with Gut Microbial Enterotypes. Science. DOI:10.1126/science.1208344 [Published Online 1 September 2011]
0 comentarios:
Publicar un comentario
Se respetuoso con tus comentarios y críticas. Cualquier comentario ofensivo será eliminado.