Existe ciertas aves y muchos insectos que se alimentan principalmente del néctar de las flores utilizando tres tipos de técnicas diferentes para hacerlo: por succión activa (Ej.: mariposas y polillas), por succión capilar (Ej.: colibríes y miembro de la familia Nectariniidae) y por inmersión viscosa (Ej.: abejas y hormigas).
Es muy importante que se consuma la mayor cantidad de energía en el menor tiempo posible (tasa de ingesta energética) porque mientras se bebe el néctar, el animal se encuentra expuesto al ataque de cualquier depredador. La energía dependerá de la concentración de azúcares en el néctar, pero cuando el néctar tiene más nutrientes se hace más viscoso y, por lo tanto, más difícil de beberlo.
Usando diferentes modelos de dinámica de fluidos, un grupo de investigadores del MIT liderados por Wonjung Kim determinaron la concentración óptima de azúcares en el néctar en función a la técnica empleada para beberla según reportaron en PNAS. Además observaron que esta concentración no dependía del tamaño del animal, ni de la cantidad ingerida, ni de la especie.
Los resultados de Kim y sus colegas mostraron que la concentración adecuada de azúcares fue mayor para la inmersión viscosa empleada por las abejas y hormigas (52% – 60%, %=g/100ml) que para la succión activa o por capilaridad (30% – 40%).
Las abejas cuentan con una lengua muy particular, la cual está llena de pelos. El néctar es capturado como si una se pusiera un papel toalla sobre un líquido derramado. Esta técnica le permite beber líquidos más viscosos a diferencia de la succión. Por ejemplo, si comparas la facilidad de beber una gaseosa (baja viscosidad) y un jugo de papaya (alta viscosidad) usando una pajilla te darás cuenta que en el segundo caso es más difícil hacerlo. Los mismo ocurre con los animales que usan la succión para beber el néctar, aunque hace unas semanas vimos que los colibríes no usan solamente la succión capilar, ya que poseen lenguas que funcionan como si fueran una esponja.
Sin embargo, al contrastar los resultados obtenidos usando los modelos físicos y los resultados experimentales, Kim y sus colaboradores observaron que la concentración de azúcares en el néctar de las flores polinizadas por abejas (inmersión viscosa) o por colibríes y mariposas (succión) era del 35% y 25%, respectivamente.
Esta limitación de nutrientes en la naturaleza se puede explicar si se toma en cuenta la coevolución entre las flores y los polinizadores. Las flores reducen sus niveles de nutrientes para mantener a sus polinizadores hambrientos y estos se vean en la necesidad visitar más flores a fin de saciar sus requerimientos energéticos, de esta manera, la probabilidad de fertilización más flores es mayor. Estos resultados también indicaría que las flores producen un tipo de néctar (más o menos concentrado) dependiendo de las especies encargadas de polinizarlas.
Referencia:
Kim, W., Gilet, T., & Bush, J. (2011). Optimal concentrations in nectar feeding Proceedings of the National Academy of Sciences DOI: 10.1073/pnas.1108642108
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