Cuando se habla de las cuantiosas pérdidas materiales del terremoto que azotó el territorio chileno, sólo se habla de la destrucción de casas, carreteras y puentes. Pero que hay de la ciencia?
Los que sufrieron los peores daños fueron las Universidades de Concepción y Talca, ambos importantes centros de investigación en Chile. La primera alberga el centro de investigación química más importante del país sureño, el cual incluía un laboratorio de polímeros de última generación. La segunda alberga un centro de biotecnología agrícola de avanzada, cuyas pérdidas equivalen a unos 10 millones de dólares. Los investigadores de estas universidades recién pudieron regresar a sus laboratorios esta semana para recuperar lo poco que queda. El terremoto los ha retrasado al menos 4 años, si no son 10. Danilo Gonzáles, bioinformático de la Universidad de Talca, dijo que las computadoras de última generación que poseía el laboratorio se destruyeron, perdiéndose muchas tesis de pre y post-grado.
La ciencia en Chile ha crecido mucho durante los últimos 20 años, pero este terremoto tendrá un grave efecto en este avance. Por ahora la prioridad del gobierno es reconstruir las ciudades y las viviendas de los damnificados, las universidades y sus laboratorios de investigación pasarán a un segundo plano.
Pero no sólo el terremoto trajo destrucción, el tsunami que siguió al sismo mató a un ecólogo que hacía investigación en la isla Robinson Crusoe así como a una bióloga marina cuyo cuerpo fue hallado cerca a la orilla al día siguiente. La ola también arrasó con la estación de investigación marina de la Universidad de Concepción perdiendo, además, una colección de muestras marinas de 50 años, la biblioteca especializada, microscopios y otros equipos. Esta estación llevaba a cabo un importante programa de oceanografía, con colaboradores norteamericanos y europeos quienes investigaban la alta productividad de los mares chilenos.
En Santiago, el terremoto destrozó una moderna edificación de cuatro pisos de la Universidad de Chile, el cual albergaba los laboratorios de biología, destruyendo la cristalería (tubos, matraces, erlenmeyers, etc), microscopios, termocicladores, incubadoras y refrigeradoras. Un laboratorio no puede existir sin refrigeradoras y congeladoras, todos los reactivos, especialmente los de origen biológico como enzimas, proteínas, reagentes para PCR o secuenciamiento, ya se echaron a perder porque necesitan de bajas temperaturas para poder permanecer viables. Los cultivos celulares, las cepas liofilizadas, los plásmidos, muestras de ADN, todo se ha perdido.
Esperemos que estos centros de investigación no tarden tanto en recuperar la mayor parte de lo perdido, por suerte, lo más importante que es el conocimiento adquirido mediante las investigaciones no se han perdido, siguen intactas en publicaciones y en la experiencia de cada uno de sus profesionales. El gobierno chileno sabe muy bien lo importante que es apostar por la ciencia y la tecnología para el desarrollo de su país, así que no tomará mucho tiempo en volver ha ser lo que era.
Ojalá que en nuestro país, algún día, se den cuenta que es esa la clave del desarrollo, invertir en ciencia y tecnología, no dar las sobras a las universidades para que hagan investigación. Con el dinero invertido en un tanque chino —el cual nunca llegaremos a usar, o si lo usamos se malogrará— se hubieran financiado una buena cantidad de investigaciones, y nuestro país avanzaría más de lo que “dicen” que ahora esta avanzando.
Referencia:
Vía Science. Chile's Earthquake May Set Back Research for Years. doi.10.1126/science.327.5971.1308
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