Esto fue lo que dijo nuestra Ministra de Economía y Finanzas, Mercedes Araos, en la inauguración del Taller de Ciencia, Innovación y Tecnología en América Latina llevado a cabo hace un par de semanas en nuestra capital. La palabra correcta sería “¿Debería?”… o el Perú ¡Debe! invertir más en ciencia y tecnología, ya que es el que menos invierte en la región (sólo el 0.15% del PBI) mientras que la media en América Latina es 0.60%. La consecuencia de esto es que de los 8000 científicos registrados en la base de datos del CONCYTEC, sólo el 10% se dedique a hacer investigación, mientras que el otro 90%, no hacen nada de ciencia y sólo se dedican a enseñar. OJO: no hacen ciencia porque no quieren, bueno algunos sí, sino porque no hay financiamiento para hacerlo.
Augusto Mellado Méndez, presidente del CONCYTEC, dice que reciben el mismo presupuesto hace 10 años, el cual no es más que $1.5 millones al año, que la verdad, es una miseria. Comparado con nuestros vecinos chilenos, su CONACYT recibe 160 veces más presupuesto que nuestro CONCYTEC ($240 millones); de ahí nos quejamos por qué Chile está mejor posicionado en la región si no tiene la “riqueza natural” que nosotros tenemos.
El Perú ha tenido un incremento económico extraordinario en los últimos años, pero que se está haciendo con ese dinero, se está “guardando el pan para mayo”. O sea, solo estamos viviendo el buen momento sin hacer nada por mantenerlo o mejorarlo… “el dinero nos está cayendo del cielo, hay que aprovechar esta bonanza porque no se volverá a repetir”…, creo que es eso lo que piensan nuestros “sabios políticos”. Si no reinvertimos este excedente que estamos teniendo, no estamos aprovechando el buen momento económico que viene atravesando el país, y la mejor forma de hacerlo no es comprando tanques chinos, MIG-29 y otras tonterías más para afrontar una guerra imaginaria que nunca ocurrirá, o para llevar el paso al vecino; el dinero debe ser reinvertido en ciencia, tecnología y educación, ya que eso si nos generará dividendos a mediano y largo plazo.
La única guerra verdadera que tenemos es contra esa lacra que se esconde en el VRAE y el Huallaga. Si se va a invertir en armamento bélico, que sea para combatirlos a ellos, por ejemplo, comprando helicópteros, sistemas de vigilancia, o dar las condiciones óptimas a los policías y militares que resguardan esas zonas, ahí sí estaría justificado un gasto en armamento bélico; acaso con tanques y buques vamos a combatir el narcoterrorismo?
Uno de los problemas, tal como lo menciona el presidente del CONCYTEC es que el 90% de los profesionales que son becados en el extranjero ya no regresan. A los científicos todavía nos falta compromiso con nuestro país. Claro que en el Perú nunca se podrá hacer investigación de calidad con un presupuesto de $1.5 al año, y menos pensar en hacer innovación tecnológica; pero, si esos buenos científicos que están bien posicionados allá afuera, ayudarían en algo al desarrollo de la ciencia en el país, sería un gran paso. Este paso ya lo ha iniciado el Dr. Carlos Bustamante al poner un laboratorio gemelo al suyo de Berkeley aquí en Perú; este paso ya lo han dado investigadores peruanos trabajando o haciendo doctorados y pos-doctorados fuera del país, que reclutan estudiantes para entrenarse por un tiempo en sus laboratorios y regresen con otra visión del mundo; este paso ya lo han dado científicos peruanos de renombre que regresan a investigar al Perú, aunque sea por un corto tiempo, a pesar de no encontrar las condiciones. Si ese $1.5 aumentara sólo 10 veces más, sería un gran avance y de repente se empezaría por repatriar a algunos de nuestros más destacados investigadores que trabajan y ponen todo de su parte por el desarrollo de la ciencia en un país que no es el suyo.
Pero, el CONCYTEC como es ahora, no tiene la potestad ni la capacidad de exigir nada, ya que sólo es una dependencia del Ministerio de Educación. La ciencia y tecnología participa en todos los sectores del país, desde la minería (biolixiviación, biorremediación, nuevas técnicas de prospección, métodos de extracción de minerales menos contaminantes, etc.), la agricultura (tecnificación de los riegos, aumento en el rendimiento de los cultivos, desarrollo de variedades resistentes a sequías, heladas, parásitos), la medicina (desarrollo de nuevos agentes terapéuticos, epidemiología de las enfermedades endémicas, técnicas de diagnóstico efectivas), el ambiente (reducción del impacto ambiental por parte de las industrias, recuperación de terrenos a causa de los relaves mineros, mejora de la calidad de vida, tecnologías ecoeficientes).
Son tantas áreas donde la ciencia y la tecnología puede participar y no sólo estar restringido a un ministerio, la ciencia y la tecnología deberían tener su propio ministerio. Obviamente habrá una burocratización del sector, eso no puede evitarse, pero, habrá alguien que represente a la ciencia y la tecnología sentado en el consejo de ministros, en la misma mesa con los otros ministros; hablando, opinando y exigiendo, directamente, al mismo Ministro de Economía que se aumente el presupuesto para este sector, que generen nuevos planes de gobierno, etc.
Sin embargo, aún nos falta establecer claramente nuestras prioridades de investigación y desarrollo, conocer cuales son nuestras fortalezas y nuestras debilidades; tampoco es invertir $200 millones en cualquier cosa; no por el hecho que sea una buena investigación quiere decir que sea importante para el desarrollo científico y tecnológico del país; sólo lo será si genera dividendos que permitan hacer más investigación, que la ciencia tenga la capacidad de ser, en su mayor parte, autosostenible, pero aún nos falta mucho para llegar a ese nivel, y nos seguirá faltando mucho si solo decimos: “…el Perú debería gastar más en ciencia…”
Noticia vía SciDev. Gracias a Abel A. por el link.
Imagen: La ciencia está bien pero hay que comer (Facebook)
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