Erradicar una enfermedad no es nada fácil, requiere de grandes cantidades de dinero y de muchos años de trabajo constante, por esta razón, en muy difícil escoger cuál será la siguiente enfermedad en ser erradicada. Mucho depende de la disposición e interés que tengan los países desarrollados, sobre todo en aquellas enfermedades que podrían ser una amenaza a su seguridad nacional ante el temor de un ataque bioterrorista. También depende de la situación política del país donde la enfermedad es endémica. Por ejemplo, muchos países se encuentran en guerras civiles internas o levantándose de una catástrofe natural, lo cual obstruye el trabajo de erradicación de una determinada enfermedad. Y también depende de la capacidad del agente infeccioso a adquirir resistencia volviéndose cada vez más difícil de eliminar.
Hace un poco más de 30 años se erradicó la viruela, que es considerado como uno de los mayores logros de la humanidad en el siglo XX. Antes del año 1959, la viruela mataba a más de dos millones de personas al año, pero dejaba desfiguradas a muchos millones más. Desde el año 1978 no se ha reportado ni un sólo caso más y en 1980 fue declarada oficialmente erradicada. Sin embargo, dos laboratorios —uno en EEUU y otro en Rusia— conservan cepas de este temible virus, que ha traído como consecuencia, miedo en la población si es que se pierde el control de ellas.
Si bien con la viruela funcionó, esto no significa que será igual con otras enfermedades. Por ejemplo, en el año 1986 se estableció el programa para erradicar la dracunculiasis, una enfermedad producida por un nemátodo —el gusano de Guinea— el cual debía ser completado en el año 1995. Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha conseguido el objetivo, pero si se redujo la incidencia de la infección de más de 3.5 millones de casos antes de 1986 en 20 países africanos y asiáticos, a sólo 1626 el año pasado y sólo en unos cuantos países africanos, especialmente en Sudán, quienes son los que reportan el 95% de los casos. Aún así ya está bastante cerca de ser erradicada. La causa de que no pueda ser erradicada es que este gusano entra al cuerpo a través del consumo de agua contaminada, y como en estos países el agua potable es un servicio que no llega a todas las personas, las infecciones no pueden ser controladas.
La polio tipo I y III es otra tarea pendiente. En 1988 se instauró el programa de erradicación de esta enfermedad, el cual estaba proyectado cumplirse para el año 2000, pero hasta el día de hoy no se ha logrado el objetivo. Una de las causas fue que en el 2004, por los problemas políticos y civiles de los países africanos, en el norte de Nigeria hubo un boicot contra las vacunas, las cuales no llegaron a ser administradas lo que provocó que en el 2009 hubiera brotes epidémicos en 20 países que eran considerados libre de polio. Ese mismo año también se reportó 458 casos Tayikistán, un país considerado libre de polio desde el 2002 y otro fuerte brote epidémico en la República del Congo. Aún así la polio pasó de 350 mil infectados antes de 1988 a sólo 1604 en el 2009.
Estos dos casos nos han dado una lección: un programa de erradicación funciona sólo con las herramientas y las condiciones adecuadas. La vacuna oral de la polio no es tan efectiva como lo fue la vacuna oral de la viruela. Además, es más fácil de reconocer un brote de viruela y aislar a los infectados que reconocer un brote de polio, el cual puede ser silencioso ya que muchos niños pueden estar infectados mucho tiempo antes de desarrollar la parálisis y morir.
Otro gran problema se presentó por subestimar a los vectores de transmisión. En 1955 se impulsó un programa para eliminar a los mosquitos que transmitían la malaria (Anopheles sp.) a través del uso del DDT —un potente insecticida— dentro de las casas. Para los 60’s los científicos se dieron cuenta que este programa falló rotundamente ya que los mosquitos habían adquirido resistencia al insecticida el cual también había contaminado el ambiente.
Si bien estas enfermedades ya están en un programa de erradicación por varios años, ¿cuáles serían las siguientes?. Una de ellas es la elefantiasis (filariasis linfática) que es causado por un nemátodo transmitido por varias especies de mosquitos. Actualmente aqueja a más de 120 millones de personas en más de 80 países del mundo. Una alianza mundial coordina la administración de las drogas cinco o seis veces al año, para evitar la transmisión de la enfermedad a las personas sanas. Las drogas son donadas por GlaxoSmithKline y Merck. El objetivo es frenar la transmisión de la enfermedad para el 2020.
Más o menos, ¿cuánto cuesta erradicar una enfermedad? Por ejemplo, la OMS solicitó un estudio de factibilidad para la erradicación de la Rubeola, Sarampión y Varicela, la cual —según las estimaciones— alcanzaría entre 7 y 14 mil millones de dólares. Sin embargo, debemos recordar que estas estimaciones se basan en modelos matemáticos, los cuales no pueden tomar en cuenta factores como la situación política y económica de ciertos países, o los conflictos que hay entre ellos, lo cual puede agregar varios miles de millones más al costo final. Pero, tal como lo demostró la viruela, las campañas de vacunación, a la larga, ahorran miles de millones de dólares ya que no habrán millones de infectados que deberán ser tratados y curados cada año.
Gracias a estas campañas de vacunación, la rubeola ha sido eliminada de las Américas, aunque el presente año se han reportado algunos brotes en EEUU, Canadá y Argentina. Sin embargo, aún hay más de 10 millones de infectados en el mundo. El problema para dar la luz verde a la erradicación de la rubeola es que primero se debe terminar por erradicar la Polio, ya que trabajar en dos programas de erradicación a la vez, complica más el trabajo, y ninguno de los dos avanza de adecuada.
Por otro lado, si un brote epidémico es controlado a tiempo, puede ser erradicado rápidamente. Un claro ejemplo fue el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) producido por un coronavirus. Esta infección respiratoria era fatal, apareciendo en China en el año 2002. Gracias a la rápida identificación y aislamiento de los pacientes se controló la diseminación de la enfermedad y desde el año 2004 no se ha reportado ningún caso. Sin embargo, nunca se lo ha considerado formalmente como una erradicación.
Para terminar, aún hay dos candidatos que esperan por mucho tiempo un programa de erradicación. El primero es la oncocercosis, que es la segunda principal causa de ceguera en el mundo. Esta enfermedad también es producida por un nemátodo parásito que es transmitido por varias especies de mosquitos negros. Estos gusanos son endémicos de las regiones tropicales de África y Sudamérica, y también de México. Otra enfermedad es la malaria, que en el año 2009 se reportaron más de 225 millones de casos en el mundo.
Pero, hasta no terminar con los programas de erradicación de la polio, la rubeola y otros pendientes, no se podrá tomar nuevos retos. Aún así, gracias al avance de la ciencia y las nuevas estrategias de búsqueda de drogas sintéticas y el desarrollo de la biotecnología para la producción a gran escala de metabolitos secundarios naturales, los programas de erradicación pueden tomar menos años de lo esperado. Tampoco debemos dejar de lado aquellas infecciones tan comunes como los síndromes respiratorios y las diarreas que matan a millones de personas en el mundo sin que nos demos cuenta.
Referencia:
Martin Enserink. 2010. Global Public Health. What’s the next?. Science. 330 (6012): 1736-1739
doi: 10.1126/science.330.6012.1736
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